Hotel cápsula en el aeropuerto de Helsinki
En el viaje de vuelta de este reciente viaje a Corea tenía un trasbordo de
once horas en el aeropuerto de Helsinki, en Finlandia. Demasiado tiempo para
pasar deambulando por el aeropuerto, sobre todo tras un vuelo de catorce
horas. Sí, has leído bien, el vuelo Seúl-Helsinki que solía ser de nueve horas
ahora tarda cinco horas más porque no se puede sobrevolar Rusia.
Buscando opciones de hoteles cerca del aeropuerto donde echar una cabezada
encontré una sala de habitaciones, que llaman "pods", dentro del mismo
aeropuerto. Las habitaciones son un espacio de unos tres metros cuadrados con
un sofá cama, una manta y una mesita. Lo mínimo de lo mínimo. Lo más parecido
a un hotel cápsula en Europa.
Aunque el espacio sea ínfimo, dispone de aire acondicionado, o más bien
calefacción, Wifi y enchufe. Y eso es todo en cuanto a servicios, porque
aunque en la zona de recepción se puede ver una máquina de café resulta que es
de pago y a precio finlandeses. Incluso el meadero más cercano está fuera de
las instalaciones del hotelillo.
El proceso de reserva y uso es todo online. Se puede reservar por internet y
se recomienda hacerlo con varios meses de antelación porque hay muy pocas
habitaciones. El coste es 11 euros/hora, que resulta bastante razonable.
Quince minutos antes de la hora llega un código pin por email. A la hora en
punto se puede introducir el pin en la puerta y entrar. Al terminar el tiempo,
se sale y listo. Ni check-in ni check-out ni nada. Fácil, rápido y online.
Perfecto para tímidos y asociales.
El tiempo máximo que se puede reservar es de siete horas. Imagino que esta
limitación de tiempo, que parece absurda, se debe a alguna regulación y que al
estar por debajo de ocho horas y no tener camas se salvan de ser considerados
un hotel y se categorizan como sala de descanso o algo así. Es que no hay otra
explicación. Todos los sinsentidos en Europa proceden de alguna regulación.
Ay, la burocracia uropea que todo lo entorpece.
La experiencia fue bastante bien. La zona es silenciosa y lo único que me
molestó fue la luz del pasillo una vez que salió o entró alguien, ya que el
cristal aunque se ponga opaco deja pasar bastante luz del exterior. Pude
dormir al menos seis de las siete horas y al terminar, como todavía tenia
bastante tiempo y algo de hambre, busqué algo que comer.
En total, esta combinación de vuelos, hotelillo y lounge salió bien. Espero
repetirlo.
Termino con un minivídeo que grabé de la habitación, donde se aprecia mucho
mejor que en las fotos.
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