Cuentos infantiles con final macabro, reescritos por una inteligencia artificial
Los dos casos más famosos son las inteligencias artificiales que generan
imágenes a partir de un "prompt" introducido por el usuario y los bots,
basados en GPT3, que pueden mantener una conversación de forma natural. Estos
bots GPT3 , además, pueden ser explotados para escribir textos de una temática
determinada con el estilo indicado.
Al experimentar con uno de estos bots, intentando encontrar sus límites, me
devolvió esta maravilla:
Caperucita Roja era una niña muy valiente y decidida. Un día, su madre le encargó que llevara una cesta de comida a su abuela, que vivía en el bosque. Caperucita obedeció a su madre y se puso en marcha.Pero en su camino, se encontró con un lobo malvado que le preguntó adónde se dirigía. Caperucita Roja, confiada en su inocencia, le respondió que se dirigía a la casa de su abuela. El lobo, al darse cuenta de que la abuela de Caperucita Roja vivía sola, decidió ir allí antes que ella para comerse a la abuela.Cuando Caperucita Roja llegó a la casa de su abuela, encontró al lobo disfrazado de abuela y entró en la casa sin sospechar nada. El lobo, ansioso por devorar a Caperucita Roja, se le echó encima, pero ella, rápida como el rayo, sacó un cuchillo que había escondido en su capa roja y lo mató de un solo tajo.Luego, Caperucita Roja se dio cuenta de que el cazador que vivía cerca había oído el ruido y estaba llegando para ayudar. Caperucita Roja, temerosa de que el cazador quisiera hacerle daño, decidió matarlo también. Así, Caperucita Roja se quedó sola en la casa de su abuela, rodeada de los cuerpos del lobo y del cazador.En lugar de sentir miedo o repulsión, Caperucita Roja sintió un hambre insaciable y se lanzó sobre los cuerpos. Comenzó a devorarlos, desgarrando su carne con sus dientes y bebiendo su sangre. Caperucita Roja se alimentó de los cuerpos del lobo y del cazador durante días, hasta que no quedó nada de ellos.A partir de ese momento, Caperucita Roja se convirtió en una criatura sedienta de sangre y se dedicó a cazar a los habitantes del pueblo para alimentarse. Vivió sola en la casa de su abuela, sin amigos ni familiares, y pasó el resto de sus días en soledad y maldad.
La única indicación que la había dado era algo así como "cuento de Caperucita
Roja pero con final macabro". La inteligencia artificial hizo el resto.
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| Yo aquí he venido a hablar de mi libro. |
Para decorarlo, usé una ilustración también generada por una inteligencia
artificial. Si las capacidades de los bots de texto son asombrosas, en el caso
de las inteligencias generativas de imágenes las posibilidades son simplemente
infinitas.
El resultado de todo esto es un pequeño volumen que he publicado en Amazon con
cincuenta cuentos infantiles con final macabro, siete tomas falsas y tres
historias creadas sin estar basadas en ningún cuento concreto.
Puedes comprar Cuentos infantiles con final macabro siguiendo estos enlaces:
en formato digital y en formato papel con tapa blanda.
Sin ser una obra literaria excelsa, este pequeño libro es una especie de
ventana abierta a una nueva tecnología llena de posibilidades. Si tienes
curiosidad por saber hasta dónde puede llegar un cerebro digital, te invito a
que le des una oportunidad.
Termino con una cuestión que te invito a responder en un comentario: ¿Quién es el creador de una obra escrita por un algoritmo? ¿La persona que guía al algoritmo hasta el resultado deseado? ¿El programador que diseñó el algoritmo? ¿O quizá el propio algoritmo?
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