El mirador del Principito en la aldea Gamcheon de Busan
En algunos sitios había colas, sobre todo en esos lugares donde todos quieren
tomarse una foto. Y el rey entre esos puntos es un mirador con una estatua del
Principito y el Zorro. La vista desde aquí es sin duda preciosa, aunque la
gente se empeña en no disfrutar tanto de la vista. En vez de eso, lo típico es
hacer cola pacientemente, matando el rato con el móvil, hasta llegar al
momento de hacerse fotos y entonces fotografiarse desde todos los ángulos
posibles.
Cualquier cosa menos pararse dos minutos a disfrutar de la vista y reflexionar
sobre el origen de este lugar.
La historia de Gamcheon es curiosa. No eran más que montañas a las afueras de
Busan, hasta que las olas de refugiados de
la Guerra de Corea
empezaron a sustituir los bosques por cultivos y los cultivos por casas a cada
cual más precaria.
Durante décadas fue un barrio pobre donde nadie quería vivir, como suele
suceder en Corea con los lugares situados en laderas. En el año 2009 comenzó
una iniciativa para promocionar el barrio, pintando las casas y calles de
colores. Empezaron a llegar los turistas, después llegaron las tiendas,
galerías y cafeterías, y poco a poco la zona se va gentrificando.
En Gamcheon hay un contraste llamativo entre la alegría de los turistas
disfrutando de su viaje y la propia personalidad del barrio. Porque el
carácter de Gamcheon está forjado por las penurias de miles de personas
desplazadas de sus hogares por la guerra. Gente forzada a buscarse la vida en
un nuevo lugar y en tiempos tan difíciles como la posguerra, desplazados al
sitio donde ningún local quería vivir, obligados a bajar y subir cada día una
pendiente que no tiene piedad.
Como le dijo el zorro al Principito: "Sólo se ve bien con el corazón. Lo
esencial es invisible a los ojos."
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