¿Qué hacías tú cuando cayeron las Torres Gemelas?

Hay una serie de acontecimientos tan impactantes y relevantes para el futuro que no solo se nos quedan grabados a fuego en la mente, sino que, aun muchos años más tarde, podemos recordar exactamente nuestras circunstancias personales en el momento en que sucedieron. Hablo de sucesos completamente inesperados y de eventos que marcan el devenir de la historia.

Para mi generación, quizá no haya nada que ilustre esto mejor que el atentado terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York, perpetrado el 11 de septiembre de 2001.

Momento en que el segundo avión se estrella contra una de las torres.

En mi caso, ese mes de septiembre estábamos cambiando el tejado de casa de mis padres. Para el trabajo se había contratado la miniempresa de construcción de un pariente ya semijubilado. Yo era un chaval, y ocupaba el lugar de un mozo para ahorrar un jornal. A finales de agosto derribamos el tejado viejo y ya se habían retirado todos los escombros. En esa semana se estaban colocando las planchas de aislante, apurando todo lo que la seguridad permitía con el objetivo de echar la placa antes de que vinieran las primeras lluvias del otoño.

Ese día por la tarde, al terminar la jornada, un pariente nos dijo que en Nueva York un avión había chocado con una torre. Nadie le hizo mucho caso, considerando que un accidente así era imposible. Al entrar en casa encendí el televisor para ver algo mientras merendaba, y lo único que puede ver por el resto del día fueron imágenes del choque de los aviones, gente cayendo al vacío desde las torres en llamas, el derrumbe de ambas, personas huyendo de una nube de polvo y escombros, y noticias confusas sobre lo que había pasado.

El resultado del ataque fueron casi 3.000 muertos entre las Torres Gemelas, el Pentágono y el avión accidentado/derribado en Pennsylvania. Las consecuencias afectaron a todo el mundo. Por una parte, para prevenir sucesos similares, los viajes en avión nunca volvieron a ser lo mismo, ya que desde entonces se multiplicaron los controles de seguridad hasta rozar lo ridículo. Por la otra, Estados Unidos no podía dejar pasar el ataque sin una venganza y decidió atacar Afganistán para desmantelar la estructura de los talibanes. Esa guerra duró dos décadas y curiosamente las tropas se retiraron de Afganistán apenas unos días antes del veinte aniversario de ataque a las Torres Gemelas. Bin Laden, considerado el promotor de los ataques, fue ejecutado por tropas estadounidenses en Pakistán en 2011.

Ahora es sencillo echar la vista atrás y saber qué pasó exactamente. Es cierto que hay detalles que no se conocen, y que abundan las teorías conspiranoicas con explicaciones alternativas, pero en general conocemos el qué, el dónde, el cuándo, el cómo y el porqué. Sin embargo, en aquellos días reinaba la confusión y nadie se atrevía a dar nada por seguro. Existía una cierta sensación de miedo a que hubiese más ataques en otras ciudades. De repente, nadie se podía sentir seguro en ningún sitio. Era como volver a los años de la banda terrorista ETA y la ominpresente amenaza de un atentado en cualquier lugar.

Es imposible no trazar un paralelismo con la situación actual y la confusión alrededor de la pandemia del Covid-19. Seguro que dentro de diez o veinte años podremos echar la vista atrás y recordar esos meses en que el mundo se encerró sobre sí mismo intentando contener una enfermedad desconocida. Ahora, sin embargo, en medio de la situación, nadie sabe cuánto durará esto, cuántas cepas aparecerán, cuán efectivas son las vacunas en realidad, cuánta gente más morirá, ni cuáles pueden ser los efectos de todo esto a medio plazo.

Acostumbrados a vivir en un clima de seguridad y certeza, el otoño de 2001, al igual que el año 2020, son momentos de miedo y preocupación. No tanto por la amenaza real, que también, sino sobre todo por la sensación de fragilidad y la impotencia de no tener un clavo de certidumbre al que agarrarse.

Y tú, ¿qué hacias el 11 de septiembre de 2001 cuando viste caer las Torres Gemelas?

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