Coreanos descansando en cuclillas
Esta postura es muy práctica, ya que así pueden descansar o esperar sin
necesidad de una silla o un banco. Es como si llevasen siempre consigo una
silla invisible que les permite sentarse en cualquier lugar.
Es muy frecuente ver a personas de toda edad y condición descansando de esta
forma, desde niños a ancianos, desde transeúntes ante un semáforo en rojo a
estudiantes en su rato de descanso, pasando por
señoras
que esperan el autobús o trabajadores echándose
un pitillo.
Lo llamativo de esta postura de descanso oriental es que apoyan toda la planta
de los pies (aunque justo la pareja de la foto tiene los talones levantados) y
son capaces de mantenerla durante muchísimo tiempo. Si pruebas a adoptarla,
probablemente tengas que poner los pies de puntillas, o no podrás aguantar más
de unos segundos. No desesperes, con un poco de práctica es posible
acostumbrarse a esta postura y mantenerla cada vez por más tiempo.
Y ciertamente merece la pena hacer el esfuerzo, no solo por la practicidad
de sentarse en cualquier parte sin necesidad de silla, sino también porque es
una postura sana que estira la columna vertebral y los músculos de las
piernas, ensancha la cadera y fortalece las piernas. Además, cada vez que te
agachas y te levantas estarás haciendo una sentadilla, que es un ejercicio muy
beneficioso.
Por último, comentar que es una postura muy natural que por algún motivo hemos
dejado de practicar en Occidente. Los niños, que no se guían por los usos y
costumbres, suelen adoptar esta postura cuando juegan.
Mención aparte merece el hecho de que es una postura ideal para defecar.
Muchos asiáticos prefieren los
retretes de trinchera
a los tronos precisamente por esto. En alguna ocasión incluso he visto huellas
de zapato en el borde de los retretes de estaciones de metro, porque hay
usuarios que se ponen en cuclillas sobre el asiento para que la piel de su
trasero no roce siquiera el lugar donde han reposado culos ajenos.
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