Pollo frito Louis Vuiton, abusos a vagabundos en Corea del Sur, un busero cabreado y otras noticias (2016.17)
El resumen de actualidad coreana de esta semana comienza con el simpático caso del pollo frito de Louis Vuiton. A continuación presento un tema escalofriante, como son los abusos cometidos en los años 70 y 80 sobre muchos vagabundos y huérfanos surcoreanos. Seguimos con una pequeña dosis de corrupción, sectas, gigolós, y un pajillero. Y para terminar, un conductor muy cabreado.FOTO DE LA SEMANA: pollo frito de superlujo
Un tribunal surcoreano ha condenado al dueño de restaurante de pollo frito de Seúl por infringir la ley de derechos de autor. El hombre le puso a su pollería el nombre "Louis Vuiton Dak", donde dak (닭) significa "pollo". La multa asciende a 14,5 millones de wones (11.200 euros).
El nombre tiene su punto de originalidad porque hace un juego de palabras con el "ton" del final de Louis Vuiton, ya que en coreano "tong dak" (통닭) significa "un pollo entero". Louis Vuiton, sin embargo, no pilló la gracia y demandó al hombre en septiembre del año pasado.
Como se ve, no solo usa el nombre sino también el diseño, por lo que el plagio es evidente.
Ahora falta que los fabricantes alemanes se pongan serios con la rede de moteles BMW y Audi que hay por toda Corea.
TEMA DE LA SEMANA: abusos a vagabundos en los 70 y 80
Esta semana se ha publicado un reportaje de investigación de Associated Press sobre Brothers Home (Hogar de los Hermanos), una institución religiosa de caridad que acogía vagabundos y niños huérfanos en los años 70 y 80. La organización recibía subvenciones del Estado para alimentar y cuidar a los internos, que eran capturados y entregados por la Policía en las redadas ordenadas por Park Chung-hee (dictador en los años 60 y 70, padre de la actual presidenta Park Geun-hye) primero y Chun Doo-hwan (dictador en los años 80) después.
El centro realizaba una labor social e incluso facilitaba a los internos el aprendizaje de habilidades profesionales en las fábricas que gestionaba. El propietario, Park In-keun, fue felicitado por las autoridades del país en varias ocasiones por su labor.
Todo fue bien hasta que, en 1987, un nuevo fiscal joven llegado a Busan se enteró casualmente de que los internos estaban construyendo una granja para el dueño de Brothers Home mientras eran vigilados por guardas armados con bates de madera. Supo que algo no estaba bien y comenzó a investigar. En enero de 1987 hizo una redada por sorpresa en la institución, consiguiendo pruebas para procesar al propietario y sus ayudantes, que recibieron pequeñas multas y condenas.
Hasta aquí, la historia oficial que ya era conocida.
AP contactó con antiguos internos e intentó entrevistarse con las personas implicadas en la historia, recopilando información que permite conocer la realidad de lo que sucedía en Brothers Home.
La Policía capturaba a cualquier persona sospechosa de carecer de hogar, incluidos niños, y los llevaba a la institución. La institución, por su parte, presionaba a la Policía para que le entregase a más internos porque cobraba dinero público por cada uno de ellos. Las fábricas producían bienes que en muchos casos eran exportados, dejando grandes beneficios al propietario del entramado.
El reportaje se centra en los niños por ser las víctimas más vulnerables, y porque son los que ahora siguen con vida con edades entre 40 y 60 años. Se describen violaciones frecuentes, palizas brutales, jornadas interminables de trabajos forzados no remunerados y todo tipo de abusos.
Los internos, que en algunos casos no eran vagabundos ni huérfanos sino gente corriente, eran encerrados en contra de su voluntad. A causa de las palizas y la situación de malnutrición y abusos, había muertes a diario. Algunos de los muertos no eran declarados, sino que eran enterrados en las colinas cercanas.
El fiscal que investigó el asunto a finales de los 80 cuenta que las autoridades le pusieron todo tipo de trabas, obligándole a suavizar las acusaciones sobre el propietario y sus ayudantes para que las condenas fueron lo más benignas posible.
Algunas de las víctimas han intentado desde entonces, en diversas ocasiones, que se investigue todo de nuevo. Sin embargo, se topan una y otra vez con la negativa de las autoridades. El reportaje concluye que autoridades y políticos de alto nivel bloquean el caso para evitar que los abusos salgan a la luz.
El reportaje está en inglés y es un poco largo, pero creo que merece la pena leerlo. Arroja algo de luz sobre una época muy oscura de la historia coreana y demuestra que el rápido progreso económico del país se consiguió pasando por encima de muchas personas.
Estaré atento a ver si se produce alguna declaración oficial del Gobierno, pero me temo que a este asunto no se le va a dar ninguna importancia, frente al bombardeo diario de información sobre otros abusos más antiguos pero más rentables políticamente.
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VÍDEO: un busero muy cabreado
El conductor de un autobús que llevaba pasajeros al aeropuerto de Incheon se cabreó con el conductor de un coche que le impedía ir a la velocidad que el busero deseaba. Su reacción fue adelantar al coche por la derecha (algo habitual por aquí), bloquearlo con el autobús, y bajar a echarle la bronca.
Cada vez me gusta más el metro.
→ Pasa un buen, pero no demasiado "jovial", fin de semana ;)
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