Mil posts, cien vídeos y un anuncio

Con este post alcanzo el millar de publicaciones en este blog. Se dice pronto, pero escribir mil posts me ha llevado más de seis años. Los textos escritos en esta bitácora darían para rellenar varios libros, así que con las dos niñas que tengo y los pinos que planto casi a diario ya puedo dar por cumplido el objetivo vital ese de "escribir un libro, tener un hijo, plantar un árbol".

Decía hace mes y pico, cuando celebraba el sexto aniversario del blog, que dejaba pendiente una reflexión sobre la evolución de la blogosfera, la relación de amor y odio con las redes sociales y la competencia que supone YouTube. Hoy saldaré esa cuenta.

Cada vez hay más blogs y las bitácoras no dejan de mejorar, eso es indudable, pero tengo la sensación de que quizá hemos tocado techo. Internet es un mundo en constante evolución y la posición de los blogs se tambalea.

El primer golpe lo dieron las redes sociales. Aunque son un instrumento de promoción fantástico que los blogueros abrazamos para dar difusión a nuestros contenidos, creando las inevitables cuentas en Facebook y Twitter, en mi opinión han restado más de lo que aportan. Antes, la gente descubría nuevos blogs a través de búsquedas en Google o mediante la recomendación de otros blogueros, mientras que ahora las redes sociales permiten llegar a mucha más gente con menor esfuerzo. Esto es bueno. Sin embargo, esas mismas redes sociales se han convertido en el centro de la experiencia online para muchas personas, que en vez de navegar entre webs y blogs usando como barco el buscador Google y un lector de feeds, ahora entran directamente en Facebook o Twitter y pasan su tiempo ojeando publicaciones en busca de un titular que llame su atención. Las consecuencias negativas de este cambio de comportamiento son una menor fidelidad hacia los blogs (ahora muy poca gente usa lectores de feeds), el traspaso de comentarios del blog a las redes sociales (no hay nada más triste que un post sin comentarios), y una tendencia cada vez mayor al sensacionalismo.

Lo del sensacionalismo tengo que explicarlo porque incluye varios conceptos. La decisión de leer o no leer un post se basa en el titular y la primera imagen, que es lo que aparece junto al enlace en las redes sociales, por lo que los artículos con una imagen vistosa y un titular atractivo reciben muchos más clicks. Esto nos ha llevado a títulos del tipo de "Las 10 comidas chinas más asquerosas que no podrás dejar de probar", "Un gato subió a un árbol, lo que sucedió después te hará recobrar la fe en la humanidad" o "El carpintero que cambió la historia haciendo algo que nadie esperaba". Personalmente odio este tipo de artículos, pero cada vez los veo con mayor frecuencia, incluso en medios de comunicación considerados serios como por ejemplo las ediciones digitales de periódicos de gran tirada. Si lo que deseas son visitas, y nadie escribe un blog si no es para recibir visitas, ya no merece la pena pasarse un par de días elaborando un post bien documentado sobre un tema interesante. Es mucho mejor poner una foto sorprendente, un texto de relleno y provocar miles de clicks con un titular sugerente. Lo llaman clickbait, y es el nuevo becerro dorado de internet.

Acabo de decir que "nadie escribe un blog si no es para recibir visitas" y lo mantengo. Los blogueros entramos en esto para compartir vivencias y reflexiones personales, o para ayudar a otras personas de forma desinteresada, pero si no hay nada que mantenga la motivación el proyecto de blog se viene abajo en menos de nada. La mayoría de blogs no cumplen un año de vida, esto está demostrado, y muchos no llegan ni a un mes.

Cada cual mantiene la motivación a su manera, puede ser por ego personal, por ganar un dinerillo o por el simple placer de comunicar y entablar discusiones interesantes, pero si no hay visitas se desmonta todo el tinglado. Y, efectivamente, se está desmontando. El ego sufre en un mundo en el que las visitas dependen del algoritmo de Google o Facebook. El dinerillo va a menos porque los ingresos directos son casi inexistentes y la publicidad sufre cada vez más el uso de utilidades como AdBlock. La discusión tiende a cero porque se ha trasladado a las redes sociales y porque, atención, la gente ya no lee. Lo cual me sirve para enlazar el siguiente punto.

La generación que llevamos años leyendo blogs cada vez tenemos menos tiempo para navegar por internet. El paso de los años y el correspondiente aumento de responsabilidades hace que el tiempo que antes se dedicaba al ocio ahora se deba dedicar a la familia y el trabajo. Es natural. El problema es que las nuevas generaciones entran a través de las redes sociales y tienen hábitos completamente diferentes. Ya nadie se plantea pasar 10 minutos leyendo un "muro de texto". Los posts deben ser cortos, directos al grano y bien estructurados, o de lo contrario el usuario cerrará la página tras hacer un escaneado de un par de segundos. En esas condiciones se hace difícil tratar un tema en profundidad. Por ejemplo, ¿cuánta gente está leyendo esto? Seguro que no muchos, aunque seguiré escribiendo porque necesito plasmar todo esto de alguna forma.

Esto me lleva a identificar otro de los culpables del delicado estado de salud de los blogs: Youtube. Ahora mismo, hay una mayoría de internautas que prefieren consumir información en formato vídeo. Los vídeos tienen la ventaja de ser más directos, más personales y poderse consumir de una forma más sencilla. Yo, sin embargo, prefiero leer textos porque tardo menos tiempo en leer un texto que en ver un vídeo. Además puedo escanear el texto en busca de las partes que me interesan, lo cual es más complicado en un vídeo. Sin embargo, la tendencia favorable al formato vídeo en detrimento del formato blog está ahí e ignorarla es inútil.

La máxima expresión de todo esto es el fenómeno de youtubers. Menudo palabro ese de youtuber, por cierto. Confieso que soy incapaz de ver completo uno de esos vídeos. Me pierdo entre gestos exagerados y ediciones innecesarias. Será porque en general tampoco me gusta ver la televisión. O será el salto generacional. No lo sé. Lo que sí sé es que cuando no se puede luchar contra algo lo mejor es unirse.

Hace tiempo que tengo un canal de Youtube, en el que por cierto llevo la cifra redonda de 100 vídeos. En este canal subo videomatones y otros cutrevídeos, pero me resistía a ponerme delante de la cámara. Por una parte por timidez. Por otra, por torpeza a la hora de editar vídeos. Y sobre todo por privacidad. Apenas subo fotos en las que aparezco yo, y nunca claramente. Sin embargo, esto no impide que me reconozcan personas desconocidas. Me sucede en eventos como el Día de la Hispanidad, e incluso me ha pasado en un par de ocasiones en la calle. Si no puedo ser anónimo, ¿de qué sirve intentarlo?

Tal como digo en el vídeo, aún no tengo claro qué rumbo tomar. Supongo que haré vídeos temáticos, pero también me gustaría hacer sesiones de preguntas y respuestas. Por eso, si deseas plantear una pregunta, te invito a que me la envíes en vídeo para así poder mostrarla junto a mi respuesta. Ojo, en vídeo, porque preguntas en texto ya tengo a montones. Puedes enviar preguntas en un fichero de vídeo a este email, o bien subir el vídeo a algún sitio y enviarme el enlace.

Esto es todo de momento. Me ha salido un post bastante largo por querer unir una reflexión y una presentación. Si es que en el fondo lo que a mí me gusta es escribir ;)

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