Un vago viaje gastronómico por los callejones de Daegu

Daegu es una ciudad del sur de Corea que, pese a ser la cuarta más poblada del país, resulta bastante desconocida para los turistas. Incluso los coreanos se resisten a visitarla por considerarla "rural" y porque, admitámoslo, no tiene un gran atractivo turístico. Yo sí que la visito bastante a menudo, y en una de mis visitas tuve la oportunidad de hacer un recorrido centrado en la gastronomía que también incluyó el centro histórico. En este post lo resumiré, con la intención de ir ampliando información sobre cada parte más adelante.

ESPECIALIDADES GASTRONÓMICAS DE DAEGU

Visitamos cinco barrios famosos por otros tantos platos típicos. Algunos de los cuales estuvieron muy bien y otros no tanto.


Empezamos en el mercado Seomun, donde hay un pasillo conocido como 국수 골목 (callejón de los fideos) lleno de pequeños puestos donde comer algo rápido, algo muy típico de muchos mercados tradicionales coreanos. Empezamos con un cuenco de kalguksu (칼국수), que es una sopa con fideos cortados a mano cuchillo muy típica y disponible a lo largo y ancho del país. Continuamos con un cuenco de sujebi (수제비), sopa de cuencos de masa de harina, y otro de fideos simples (잔치국수), que es probablemente el plato caliente más barato -ramyeon aparte- que se puede conseguir en el país. Y terminamos con napjakmandu (납작만두), una especie de empanadillas características de este mercado que no tienen relleno, pero que están muy ricas por la masa y sobre todo por la salsa que las acompaña. Siempre es interesante comer en los mercados y este, que es el mayor de Daegu, no es una excepción.


Por la noche cenamos en el 전문 골목 (callejón de especialidades) del distrito Dong-gu, una calle famosa por sus restaurantes de pollo. Aquí probamos pollo frito (치킨), un clásico de las cenas coreanas, y jjimdak (찜닭), una especie de guiso con trozos de pollo, vegetales y mucho picante. El jjimdak es uno de los platos coreanos más picantes, aunque hay versiones suaves, y es toda una prueba de fuego (chiste) para los extranjeros. También tomamos una bandeja de sunsalchikin tangsuyuk (순살치킨탕수육), trozos de pollo deshuesados fritos con salsa agridulce, que es una curiosa versión de uno de los platos estrella de los restaurantes chinos. Sin embargo, lo verdaderamente especial de este callejón es un plato llamado dakmoraejibtuigim (닭모래집튀김) que consiste en -atención- mollejas de pollo fritas. No me queda claro si esto es lo que algunos llaman "culitos de pollo fritos" o esa es una especialidad diferente, pero tengo claro que lo que yo probé eran mollejas porque, aparte de que la textura fibrosa es inconfundible, la palabra 닭모래집튀김 significa literalmente "frituras de casas de la arena de los pollos". Qué bonita descripción de un órgano como la molleja. Ojo, que no están nada mal, aunque lo veo más como aperitivo para comer unos pocos que como un plato en sí mismo, ya que después de masticar cuatro o cinco mollejas la mandíbula ya duele.

Al día siguiente fuimos a desayunar como campeones al mercado Bangcheon (방천시장) del centro de la ciudad, pero era demasiado temprano y la mayoría de puestos estaban aún cerrados. Entramos en un restaurante llamado Ilmisundubu que resultó ser la quintaesencia de lo que me gusta de los restaurantes coreanos: sencillo, barato y con muchos platillos sabrosos. Comimos sundubu (순두부), guiso de tofu, acompañado por un bibimbap (비빔밥) muy sencillo, pero lo mejor fueron los platos de acompañamiento. La comparación con la mayoría de restaurantes de Seúl es odiosa, porque en este de Daegu nos pusieron muchas cosas y a cada cual mejor.

La última parada fue el almuerzo en al callejón 매운 찜갈비 골목 (callejón del jjimgalbi picante) donde entramos en el restaurante Bongsan Jjimgalbi para probar la especialidad de la zona: el jjimgalbi (찜갈비), un estofado muy picante de costilla de vaca. El plato hace honor a su nombre y pica como un diablillo cabreado, pero el sabor de la carne asada me gustó. Este mismo plato, con un poco menos de picante, sería una maravilla. Es el problema que encuentro a veces con los platos más picantes en Corea, que abusan tanto de la pimienta que no se puede distinguir ningún sabor y, aunque se pueda comer, para mí no supone un placer sino una tortura.

Naturalmente, esto no es todo lo que Daegu puede ofrecer en cuestiones culinarias, pero me parece un buen resumen de lo más destacado.

RECORRIDO POR EL CENTRO HISTÓRICO DE DAEGU

Entre comida y comida también hubo tiempo para visitar la parte más histórica de Daegu, que están promocionando turísticamente con el nombre de 대구 근대화 골목 (callejón de la modernización de Daegu). Esta es la zona donde se asentaron los primeros extranjeros que llegaron a esta parte de Corea, que fueron misioneros cristianos de Estados Unidos, y donde supuestamente comenzó la modernización de la ciudad.

A finales del siglo XIX construyeron la primera iglesia presbiteriana de la provincia y varias viviendas para los misioneros. Muchas de estas construcciones se conservan en buen estado, y rodean la iglesia actual. Esta iglesia, que se terminó de construir en 1994, es de estilo gótico y está situada en lo alto de una colina, por lo que resulta muy fotogénica.

Bajando por unas escaleras dedicadas al movimiento de independencia del 1 de marzo, al otro lado de la calle hay una iglesia más pequeña llamada Catedral Gyesan. También merece la pena verla porque es de estilo europeo y mantiene cierta distancia con los edificios que la rodean.

La ruta pasa después por tres casa tradicionales que se conservan bastante bien y están abiertas al público: la casa del poeta Lee Sang-hwa, la casa del patriota Seo Sang-don y la casa del almirante Lee Sang-jeong. Esta es una zona de callejones antiguos donde conviven hanoks tradicionales con pequeñas viviendas modernas. Es bonito de ver, aunque menos espectacular que las casas e iglesias del principio.

El recorrido continúa hasta la iglesia presbiteriana original, mucho más humilde que la actual en la colina, pero muy bonita en verano por el campanario recubierto de enredaderas. Esta iglesia está cerrada, por lo que solo se puede ver por fuera.


El último punto del recorrido es el Centro Cultural de Medicina Oriental (한의약문화관), un pequeño museo de dos plantas sobre medicina tradicional coreana. Es interesante, aunque carece de explicaciones en inglés. Hay muchos productos medicinales extraños y utensilios curiosos, y además se ofrecen algunas actividades. Por un módico precio, nosotros nos dimos un baño de pies con ginseng, muy agradabe después de la caminata por los callejones históricos.

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL VIAJE

Al tratarse de un viaje de promoción turística, me tocó ir con compañeras de trabajo. Entre sus pocas ganas de caminar (tomamos un taxi por 500 metros, literalmente) y que estaba todo muy pautado, no pude escaparme del guión en ningún momento. En este caso tampoco me importó mucho porque, como decía, Daegu es una ciudad que visito con relativa frecuencia.

Pasamos la noche en un motel, lo cual fue una experiencia muy peculiar. El recepcionista se sorprendió mucho cuando vio entrar a un extranjero con tres chicas coreanas, y más aún cuando pedimos habitaciones separadas. Estuve encerrado en la habitación del motel de 6:00 de la tarde a 10:00 de la mañana (ya decía que las compañeras eran muy vagas). Por suerte había un ordenador con conexión a internet, por lo que pude matar el tiempo surfeando la web.

Al final, creo que el mejor recuerdo que me llevo del viaje fue una parada en una cafetería cercana al mercado Bangcheon. Allí pasamos dos horas con un café, pero la cafetería era muy tranquila y tenía libros para hojear, por lo que se me pasaron volando.


✈ Hice este viaje a través de la empresa en la que trabajaba en aquel momento para recopilar información promocional sobre los callejones turisticos de Daegu, por lo que me salió gratis. Pese a ello, mis opiniones son objetivas ya que no estoy obligado a promocionar el viaje de forma personal.

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