Ibis Styles, un hotel barato y decente en París
Este bonito edificio que aparece en la foto, que en otras ciudades merecería una cuantas fotos, es un hotel de París. Y como en París si algo abunda son edificios bonitos, a este no le dedica una segunda mirada nadie. Excepto yo, porque en este hotel es donde pasé las dos noches de mi viaje relámpago a París. El hotel en cuestión es un Ibis Styles, concretamente el situado en la Plaza de la República (Place de la République). Como me pareció una opción económica, decente y bastante bien situada, voy a compartir un par de fotos.Ya me habían comentado que la situación hotelera en París es aún peor que en Londres, con hoteles especialmente caros, pequeños, viejos y sucios. Ante la falta de expectativas decidí que, como el chasco me lo iba a llevar igual, al menos gastaría lo menos posible. A falta de uno de esos hoteles F1 que pueblan las carreteras francesas, Ibis me pareció una buena opción porque ya los había probado en varias ciudades de España. Lo que son las cosas, cuando las expectativas son bajas la sorpresa suele ser positiva.
La habitación era pequeña, pero suficiente para las pocas horas que dormí en ella. El baño era minúsculo, pero suficiente también para el par de duchas que me di. La cama no me gustó por ser demasiado blanda, pero eso ya es una cuestión personal. Todo estaba limpio, aunque no brillante. Por último, uno de los puntos más valorados por los viajeros blogueros, había WiFi gratuito disponible en todo el hotel, y buena recepción desde la habitación.
El edificio era antiguo pero bien remodelado, aunque el ascensor parecía de los años 50 con su rejilla en lugar de puerta y todo. Cerca del recibidor había una mesita con té y café instantáneo gratis para clientes desesperados. Un punto a favor que compensa ese incómodo sistema de tener que dejar la llave en recepción cada vez que se sale al exterior. La sala de desayunos estaba en el sótano, y el desayuno fue quizá el punto más positivo del hotel.
Me encanta probar los buffets de desayuno de los hoteles, aunque por desgracia suelen ser caros y muchas veces opto por ahorrármelos. Este, aun sin tener una gran variedad, era más que correcto. Los croissants estaban muy buenos y los pastelitos con chocolate también. Perdí la cuenta de cuántas tazas de café me tomé con croissants y trozos de baguette con mermelada, pero debieron ser bastantes si tenemos cuenta que caminé treintaytantos kilómetros y no comí nada hasta la cena. Las grandes atracciones del centro de París, por cierto, estaban a menos de una hora caminando, que supongo que será bastante menos si se toma el metro. A mí, que todo lo veía nuevo y desconocido, se me hizo muy cerca.
Como las reseñas de hoteles son aburridas y además a mí se me dan mal, termino con una foto del precioso paisaje que se veía desde una ventana. No sé bien por qué, pero me encanta esta vista de tejados y pequeñas chimeneas. Está claro que esta foto no es suficiente para justificar una escapada a la capital francesa pero, por algún motivo, de todas las fotos que tomé en la capital francesa esta es una de las que más me gustan.
✈ Fui a París hace cosa de un año, como una especie de parada técnica después de un viajecito a Vigo con blogueros surcoreanos.
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