A+ Panini, mi cafetería favorita de Seúl

A veces parece que en Seúl hay más cafeterías que personas. La moda del café ha alcanzado unas dimensiones tales que en muchas calles hay hasta media docena de cafeterías una al lado de la otra. Lo más sorprendente es que suelen estar llenas, aunque muchos de los clientes se pasen toda la tarde con un café americano. A mí me gusta mucho el café y me encanta probar cafeterías, pero cada vez me gustan menos las cafeterías de franquicias como Starbucks, Caffe Bene, The Coffe Bean, y similares. Ofrecen café de calidad media, o baja, a precios muy inflados, con el único atractivo de una decoración chic que en ocasiones roza lo hortera.

En vez de ir siempre a las mismas franquicias, prefiero probar cafeterías independientes. El refrán dice que "más vale malo conocido que bueno por conocer", pero en este caso yo aplico la regla contraria. La prueba a veces sale bien, con un café de primera y mejor servicio a un precio reducido, y a veces sale mal, con un café intragable a precio inflado. Me ha pasado de todo, pero cuento muchas más sorpresas agradables que negativas.

Parejita de estudiantes disfrutando de un par de bebidas mientras estudian juguetean con el móvil.

Normalmente las cafeterías independientes tienen muchas ventajas. Para empezar, el barista suele ser el propietario, que se juega todos sus ahorros por el sueño de poner en marcha su propio establecimiento. La motivación, por no hablar de la habilidad, es mucho mayor que la de los típicos estudiantes a tiempo parcial que cubren horas en las cafeterías franquiciadas a cambio del salario mínimo.

Café mocha y green tea latte (té verde con leche).

El precio también es, casi siempre, más bajo en las cafeterías independientes. Además, como quien atiende suele ser el dueño, o una persona de su confianza, es mucho más fácil que reconozca a los clientes habituales y les ofrezca algún tipo de "service". Algunas de estas cafeterías dan galletitas o chocolatinas con el café, y a poco que te dejes caer por el mismo local dos o tres veces seguidas es posible que recibas también algún tipo de bebida o postre gratis. Esto en las franquicias es imposible.

Caramel macchiato y affogato (café espresso y una bola de helado).

Creo que ya he dejado claro por qué me gustan más las cafeterías independientes, así que puedo empezar con el auténtico contenido de este post., que no es otro que presentar mi cafetería favorita de Seúl. Se llama At Panini (엣 파니니), y está cerca de la estación de Seoul National University de la línea 2 del metro (click en la dirección de abajo para ver mapa). Es una cafetería a la que íbamos casi cada fin de semana cuando vivíamos en esa zona, aunque ahora nos queda bastante más lejos.

Café con Sprite y un cremoso capuccino.

Capuccino y green tea latte con hielo.

La cafetería es pequeñita, pero tiene dos plantas. En la planta baja hay tres mesas con sillas y otras tres mesas colocadas sobre una tarima para sentarse como en el suelo. Esta tarima tiene calefacción ondol, y en invierno es una maravilla sentarse ahí. La planta de arriba es para fumadores, y solo fui un día para satisfacer mi curiosidad con un vistazo.

Affogato y batido de arándanos. Las plantas son solo decorativas.

Los detalles que colocan a esta cafetería en la primera posición de mi lista particular son múltiples. Con cada café o bebida dan una platito con pastas o chocolatinas, que en nuestro caso nos vienen de maravilla para entretener a Sonia mientras nosotros hablamos. Los cafés están muy buenos, y el resto de bebidas de la carta no se queda atrás. Y, por supuesto, la presentación es impecable. Dan ganas de beber con los ojos, hasta que con el primer sorbo descubres que a la boca también le sientan muy bien.

Green tea latte con hielo y batido de kiwi.

Aparte de café, té y bebidas de frutas, se pueden tomar algunas bebidas alcohólicas. Hay un par de marcas de cerveza de importación, y opciones extrañas como el sake-latte, una curiosa mezcla de café con sake japonés. La única pega en este sentido es que no tengan café irlandés, que en mi opinión es la única combinación de café y alcohol que merece la pena.

Sakelatte (café con sake).

Gofre con plátano y helado de vainilla.

También hay interesantes opciones de postres y pasteles, como el impresionante gofre con helado de vainilla montado sobre una base de plátano que aparece justo aquí arriba. Con uno de estos vuelves a casa cenado.

Dos cafés capuccinos decorados.

Los precios no son bajos, con una media entre 4.000 y 5.000 won, pero hay un descuento de 1.500 won si se consume fuera del local (take away). Además, se puede pedir refill de americano de forma gratuita. Este americano puede ser caliente o con hielo, con o sin sirope, y está más bueno que el espresso de muchas cafeterías con nombre famoso. Es curioso que el mejor americano de Seúl se pueda beber gratis.

Batido de fresa y café mocha.

Affogato y batido de kiwi.

La decoración es clásica y acogedora, como corresponde a un local tan pequeño. El servicio es impecable, y el dueño es un encanto de persona. Lo que no hay es servicios, y para aliviar la vejiga hay que salir al exterior y entrar en el edificio de al lado, que tiene servicios públicos.

Batido de arándanos, café affogato y gofre con helado.

Por último, esta cafetería también da la típica tarjeta para ir sellando con cada consumición, que con 10 da una bebida, con 20 da un pastel y con 30 da un café y un pastel. Nosotros llenamos una tarjeta y tenemos otra por la mitad. Es, con diferencia, la cafetería que más veces hemos visitado.

Por si mis razones no te han convencido, termino diciendo que todas estas fotos fueron tomadas en distintas visitas a esta cafetería. Ya sabes, ni franquicias ni timos al turista, no hay nada mejor que una cafetería independiente gestionada con cariño.

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