Pooja, comida nepalí en el centro de Seúl

Hace unos días fuimos a comer a un restaurante nepalí. En Seúl hay bastantes restaurantes indios, pero muy pocos nepalís. O a lo mejor es que los restaurantes nepalís se confunden con restaurantes indios, porque la mayor diferencia de este con un indio era que en cartel ponía 네팔 en vez de 인도. Esto, por supuesto, no es ningún problema, porque con pocas cosas disfruto yo tanto en una mesa como con un buen pedazo de pan y un plato para rebañar. Y la gastronomía nepalí parece estar basada en eso. Pan naan y curri. Toma pan y moja.

Estoy tan acostumbrado a los restaurantes coreanos que ahora cuando veo un menú con más de cinco opciones me es difícil decidirme. En este restaurante había un montón de platos disponibles, pero a la hora de la verdad se reducían a unas pocas categorías: arroz frito, panes, pollo con salsas, y curris. Como no acabábamos de decidirnos entre los 30 curris disponibles, decidimos pedir un set para ir tomando mientras nos lo pensábamos.

La sorpresa fue que, al contrario de lo habitual, ese set resultó tener mucha más cantidad de la que aparentaba la foto. Dos curris, un pan naan, dos trozos de pollo rojo como la envidia y un bote con algo que parecía un guiso de garbanzos. Entre eso y los panes extra que pedimos, fuimos comiendo y cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos más o menos llenos.

Puestos a buscarle un pero al local, los dos platillos de entrantes/acompañamientos eran de lo más cutre.

Pero habíamos ido para escoger otra cosa, y eso hicimos. Pedimos otro curry y otros dos panes, y al camarero le debió parecer demasiado porque en vez de servirlos en la mesa nos los dio en una bolsa para take-away. No era una indirecta para vaciar la mesa, porque éramos los únicos comensales en aquel momento. Ni tampoco creo que fuese un problema de idioma porque estuvimos hablando un buen rato en coreano e inglés. Vamos a pensar que el hombre vio que nos estábamos excediendo y quiso tener un detalle con nuestros hígados. Y al final tuvimos que darle la razón, porque esa bolsa nos sirvió para cenar y para descubrir que el pan naan recalentado está casi tan bueno como recién hecho.

Por cierto, el camarero (y creo que dueño) era muy majo. Un indio que vivía en Alemania, se casó con una coreana y tuvo una niña, y que emigró a Corea porque su esposa no fue capaz de vivir en Alemania más de tres meses. Ahora trabaja en el restaurante Pooja de Dongmyo, cerca de Dongdaemun, y este post de recomendación se lo ganó por lo rica que estaba la comida, y por el detalle de darle un par de yogures a Sonia y sendos vasitos de té con leche a nosotros.

Un último apunte. El pan naan con curri ya me gusta más que el pan blanco con chorizo, pero mi favorito sigue siendo el pan de maíz, preferiblemente en formato empanada con croques.

→ El restaurante se llama Pooja (뿌자) y su dirección es Changsin-dong 207 piso 3 - Jongno-gu - Seúl. Puedes ver la ubicación exacta pinchando sobre la dirección que aparece justo después de este post.

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