Revisión médica a la coreana

Esta semana hice una revisión médica en Corea. Anteriormente había hecho un reconocimiento médico como paso previo para ser profesor de español en una academia (es decir, prueba de drogas y SIDA), pero esto fue una revisión más completa. Mucho, mucho más completa.

Todo comenzó muy temprano, acudiendo a uno de los pocos hospitales de Gangnam que no realizan cirugía estética. El chequeo comenzó casi inmediatamente, y de una forma que me recordó a la cadena de producción de Henry Ford. Distintas salas para hacer diversas pruebas, y los pacientes yendo de una a otra. Todo muy bien organizado, con enfermeras moviendo las carpetillas e indicando dónde esperar en cada momento. Tras ponerme el pijama oficial (en la foto selka de arriba), no tuve que esperar más de 5 minutos para ninguna de las múltiples pruebas por la que pasé.

No todos los pacientes clientes realizan las mismas pruebas, ya que hay un montón de ellas disponibles entre las cuales hay que escoger las que se quieran realizar. Cada prueba cuesta dinero, así que cuantas más pruebas se hagan más completa será la revisión, pero también más cara será la factura. Yo hice la revisión por cuenta de la empresa, por lo que no me tuve que preocupar de escoger unas sí y otras no. Por suerte estaban incluidas las más importantes, dejando fuera tan solo algunas muy específicas.

Muchas pruebas fueron las típicas de siempre, comprobar vista, oído, capacidad pulmonar y esas cosas. También hubo una prueba de equilibro que fue como colocarse encima del mando de la WiiFit. Entre las pruebas más novedosas para mí estuvo una ecografía completa de hígado, riñones, páncreas y próstata (una ecografía mucho mejor que el método habitual). Ahora ya sé lo que siente Miyoung en las ecografías para ver al bebé.

Por supuesto, también hubo análisis de caquita (que llevé bien empaquetada de casa), orina (que preparé allí mismo) y sangre. Con los análisis de sangre sí que tuvieron problemas, ya que me atravesaron una vena y me tuvieron que pinchar también el otro brazo. En total me sacaron 10 tubitos, así que ya tienen para preparar sundae si quieren.

El punto fuerte fue otra novedad para mí: una gastroscopia con anestesia general. Por lo que cuentan, que te metan un gran tubo por la boca hasta el estómago es una de las experiencias más desagradables por las que se puede pasar, así que lo de someterme a anestesia general por primera vez en mi vida no me pareció tan mal. Qué curioso lo de la anestesia, por cierto. Cuando me inyectaron solo recuerdo que sentí un cosquilleo en las yemas de los dedos y que se lo iba a comentar a la enfermera, pero ya no me dio tiempo. Me dormí de forma instantánea y cuando me desperté, apenas 20 minutos después, ya estaba en otra habitación. Y como la endoscopia fue la última prueba, 15 minutos después de despertarme ya estaba en la calle. Y tan fresco.

Fue curioso también que al comenzar varias pruebas me preguntasen por mi altura y mi peso, ya que eso solo se comprobaba casi al final de todo. En cuanto al idioma, algo menos de la mitad de las doctoras y enfermeras hablaban inglés, pero no es un gran problema porque la mayoría de indicaciones se comprenden perfectamente con un poco de lenguaje corporal (túmbate ahí, mira aquí, sujeta esto, etc.). Y sí, eran todo enfermeras y doctoras. Tan solo me atendió un doctor, que fue el que me hizo la gastroscopia, pero no llegué a verlo porque me dormí antes. O sea, que realmente no sé si fue un doctor, una doctora o algún engendro venido del séptimo infierno para torturar a los mortales.

El coste total, si hubiera tenido que pagar, habrían sido unos 600.000 won (400 euros). Creo que es un precio bastante ajustado teniendo en cuenta la gran cantidad de pruebas realizadas, que todo parecía muy profesional y que el trato fue excelente. Esto sí me parece digno de ser promocionado como turismo médico, mucho más que la dichosa cirugía estética. Los turistas que vienen a hacerse algún tratamiento en Corea no tienen que preocuparse por el idioma, ya que las agencias los envían a clínicas con personal que habla idiomas, y si no los hacen acompañar por un guía que haga las traducciones.

Yo, por la parte que me toca, quedé muy satisfecho de la revisión. Ahora solo toca esperar por los resultados, que me envían por correo en 10 días, y desear que esté todo bien.

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