Celebrando el Día de las Embarazadas en Corea

El jueves pasado en Corea se celebró uno de esos día especiales que no son festivos pero en los cuales se rinde homenaje a un pequeño colectivo de la sociedad. En este caso fue el Día de las Embarazadas (임산부의 날), y se celebró con un acto en Yeouido al que solo podían acudir embarazadas (y sus maridos). Ya comenté hace tiempo que en Corea hay muchos eventos para embarazadas, en los cuales las marcas promocionan sus productos para embarazos y bebés ante un público con plena atención sobre el tema, y a los cuales acuden muchas mujeres para recibir muestras gratuitas y pequeños obsequios. Se presenta de todo, desde pañales hasta artilugios futuristas, pasando por clases de inglés para bebés y seguros de vida para niños que aún no han nacido.

Este evento fue algo parecido, pero con un cierto "toque oficial". Miyoung regresó con una bolsa llena de toallitas húmedas y otra con bastantes muestras variadas. Como siempre, hubo una actuación de música clásica (de hecho, los teóricos beneficios de esta música en los fetos es la excusa para organizar los actos) y, aunque nunca nos toca nada en los sorteos, parece que la experiencia estuvo bien.

Como estos eventos se utilizan para promocionar productos, interesa que haya el mayor número de asistentes posible. Para conseguirlo, suelen tener lugar en grandes salones de actos con capacidad para 1.000 personas o más. A veces confirman la entrada a más mujeres que capacidad tiene la sala, en previsión de que algunas se apuntan pero luego no acuden. Y esto es precisamente lo que sucedió en otro acto para embarazadas hace un par de semanas, celebrado en una sala con 800 asientos pero al que acudieron 900 mujeres. Cuando llegó Miyoung aún faltaban 10 minutos para la hora pero ya no había sientos libres. ¿Te imaginas qué sucedió? Pues que las 100 que se quedaron sin plaza montaron el gran pollo ante la organización, gritos y amenazas incluidos. Visualiza por un momento: 100 coreanas embarazadas con un gran cabreo por haber perdido la tarde. Un centenar de ajummas cabreadas, y aún por encima embarazadas... Por nada del mundo querría verme en medio de una situación así.

Fue tanta la presión que consiguieron la promesa de un cupón de compras por valor de 100.000 won (60 euros), palabras que muchas grabaron con el móvil para presentar como prueba en caso de necesidad. Pero eso no fue suficiente. Siguieron protestando hasta que uno de los jefes salió a retirar dinero de un banco cercano y les dio 20.000 won (13 eurillos) a cada una. Por los gastos de transporte y las molestias, dijo. El cupón llegó, junto con una caja llena de muestras, unos días después (tras una llamada de teléfono para recordar el tema por si acaso, eso sí). El resultado fue que las que se quedaron sin asiento consiguieron mcuho más que las que sí pudieron asistir, pero para ello tuvieron que utilizar todos sus superpoderes de ajummas cabreadas.

Por cierto, los lectores más perspicaces se estarán preguntando por qué Miyoung fue a un evento para embaradas sabiendo que Sonia nació hace ya casi 3 años... Pues sí, efectivamente: en primavera ya seremos cuatro :)

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