Una boda coreana exprés, y de estrangis

El fin de semana pasado fui a una boda coreana por primera vez. La única boda en la que había estado presente anteriormente en Corea era la mía, hace ya más de 4 años, pero esta es la primera a la que fui como invitado. Lo único que vi de la ceremonia fue a través de una pantalla de TV, desde que entré hasta que salí no pasaron más de 30 minutos, y lo mejor de todo es que no estaba invitado. ¿No lo entiendes? Yo tampoco mucho, pero intentaré explicarlo.

Recepción (con la sala de la novia al fondo) y entrega de "donativos".

A las bodas en Corea se invita a todo el mundo con alguna relación con las familias: desde amigos a familiares, pasando por compañeros de trabajo, vecinos y el chico ese que no recuerdas quién es pero tienes apuntada su dirección en una libreta vieja. Muchos de los invitados no acuden, pero otros muchos sí, por lo que nunca se sabe cuántos invitados habrá en una boda. Pueden ser 50 o 1.000, dependiendo de aspectos tan dispares como la popularidad de la pareja, el nivel social de la familia, si es época de rebajas, si llueve o si hay algo interesante en la TV.

Parece un descontrol, pero en realidad está todo muy controlado. Cada familia que asiste hace una donación en un sobre, y se apunta en una lista con el nombre y la cantidad donada. Ni regalos ni lista de bodas ni nada, solo se acepta dinero. Esa lista de “donantes” se guarda por muchos años, ya que es el baremo que marca cuánto dinero se donará en los eventos que organice cada familia. Es decir, que si tú has dado 50.000 won en la boda de mi hija, yo daré 50.000 won en la boda de tu hijo. Y esto se lleva a rajatabla.

Salón buffet donde comen los invitados.

El caso es que mis suegros estaban invitados a una boda en Seúl, pero como no podían acudir delegaron en nosotros. En realidad ni los casamenteros ni sus familias tienen una gran relación personal con mis suegros, pero sí tienen una relación de negocios. Además, parece que asistieron (y donaron) en nuestra boda, por lo que era obligado asistir y devolver el favor.

Nosotros no conocíamos a nadie, así que al llegar entregamos el dinero dentro de un sobre con el nombre de mi suegro y nos fuimos directamente a comer. La historia dirá que a la boda asisitieron mis suegros; nadie recordará si estaban o no estaban, pero sí figurarán en la lista y eso es lo que importa. Al ir a comer (antes de que comenzara la ceremonia, ojo) no éramos los únicos, lo cual da a entender que tampoco éramos lo únicos que asistieron solo para entregar el sobre.

Muestra del menú: fideos fríos, frituras variadas, sushi, pastelitos y fruta.
[ Cualquier parecido con una boda gallega es pura coincidencia :( ]

En fin, que ya que pagamos también quisimos aprovecharlo comiendo. Las bodas coreanas no son una fiesta gastronómica, porque la comida se celebra en el mismo edificio de la ceremonia y normalmente consiste en un buffet. En esta ocasión era un buffet normalillo, ni bueno ni malo. Había bastante variedad de platos, aunque pocos eran de calidad. Más o menos salimos a “lo comido por lo servido”. Lo más destacable es que había un plato de caracoles en crema, y fue la primera vez en mi vida que comí gasterópodos (tras muchos años echándoselos a las gallinas).

Al empezar a comer vimos cómo daba comienzo la boda a través de unos monitores colocados en el comedor. Conforme iban pasando los minutos el comedor estaba cada vez más lleno, y el ambiente era más festivo debido a las botellitas verdes. Cuando vimos que concluía la boda nos marchamos, antes de que llegaran los novios y los invitados fieles que asistieron a todo la ceremonia. No fuimos los primeros en irnos ni mucho menos, porque Sonia come despacito.

Bebidas disponibles: soju, cerveza, gaseosa y Pepsi.

Te preguntarás cuánto tiempo duró todo el proceso, y quizá te sorprenda saber que desde que entramos hasta que salimos no pasaron ni 30 minutos. Las bodas en Corea son muy rápidas, y poca gente se queda hasta el final. Básicamente consisten en la entrega de dinero y un paso por el buffet para intentar rentabilizar algo la donación. La gente no emplea el día en la boda, sino que es un paso más antes de hacer lo que sea que hacen por la tarde. Es como ir a comer a un restaurante, pero intentando sonreír al resto de asistentes.

La boda se celebró en el 공항컨벤션웨딩 (Bodas y Convenciones del Aeropuerto), llamado así porque está cerca de Gimpo.

Nuestra boda fue similar: con muchos invitados y comida normalilla. En nuestro caso fue un poco especial porque la ceremonia fue bilingüe y duró algo más, pero en total no estuvimos más de hora y media incluyendo todo el proceso. Algún día lo contaré en este blog, que esa historia también tiene su miga ;)

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