Comiendo pato pekinés en Hong Kong

En el viaje a Hong Kong de hace un año pasamos unas horas con una amiga de Miyoung que vive en la ciudad. Tras dar un paseo por la Avenida de las Estrellas, en el que me tocó hacer de niñero mientras ellas charlaban de sus cosas, todo se vio compensado con la mejor cena de todo el viaje. Lo bueno de ir con personas locales es que se va a tiro fijo, y entrar en un restaurante recomendado es una apuesta segura. La elección fue el restaurante Peking Garden (北京樓), especializado en comida china y que pasa por ser una de las mejores opciones de Hong Kong para comer pato.

Para acceder al restaurante hay que subir hasta el tercer piso de un edificio llamado Star House, cercano al comienzo de la Avenida de las Estrellas. Nosotros nunca hubiésemos encontrado el lugar por nuestra cuenta, pero es un gran restaurante con capacidad para 500 personas, y que cuando fuimos estaba lleno de gente (con bastantes extranjeros, por cierto). Algunas mesas tienen unas vistas espectaculares hacia el skyline de Hong Kong, aunque en nuestro caso estábamos más cerca de la cocina que de la ventana. Y no es mala idea, porque a un restaurante se va por la comida y no por las vistas, y estar cerca de la cocina me permitió ver un desfile de platos con todo lo que el restaurante ofrecía.

Empezamos con una serie de entrantes y platos de acompañamiento, mientras esperábamos por el invitado estrella de la noche. Este restaurante es famoso por el pato pekinés, uno de los platos más famosos de la cocina china. Consiste en un pato eviscerado que se fríe brevemente, para después ser untado en melaza y asado al horno durante una hora. El resultado es un pato de una sola pieza, con un color oscuro, y un sabor ligeramente dulce.

El camarero presenta la pieza completa, para después cortarla en rodajas. Los locales consideran que lo más rico es la piel, y eso es lo primero que se come. A continuación se hace lo propio con la carne, poniendo los pedazos en unas pequeñas tortas junto con algún vegetal y salsa, y cerrándolo como si fuera un paquetito.

Tal como se puede ver en las fotos, estaba todo riquísimo. Y además comimos a hartar. Si en el futuro regreso a Hong Kong, no me importaría repetir en este lugar. La cena para tres personas (y media) salió por algo más de 800 HKD (unos 80 euros). Este precio en Europa sería barato, pero en Hong Kong es bastante caro. Las mujeres filipinas que trabajan como asistentas del hogar, por ejemplo, tienen un salario mensual de alrededor de 3.000 HKD.

Por cierto, es común que los restaurantes callejeros de Hong Kong muestren los patos ya asados en una especie de escaparate para atraer clientes. Es una imagen que a mí me impactó al principio, porque los patos están asados completos, cabeza incluida, pero al segundo o tercer día ya me parecía de lo más normal.


Como añadido a la cena, uno de los cocineros realizó un espectáculo de preparación de fideos, que puedes ver en este vídeo. En Corea ya lo había visto en varios restaurantes, no como espectáculo sino curioseando en la cocina, pero este chico le daba un toque artístico al tema.

La dirección del restaurante es: Star House, 3er piso - Tsimshatsui - Kowloon - Hong Kong
Para ver la ubicación, puede hacerse click en la dirección justo debajo del post.

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