Golosinas de wasabi (y una experiencia traumática)

Esto que ves en las fotos de arriba es una bolsita de snacks de wasabi que compramos en el viaje que hicimos a Hong Kong hace unos meses. Mantuvimos la bolsita cerrada todo este tiempo, en parte por reservarla para un día especial y en parte por miedo al posible sabor de las bolitas, hasta que hace unos días por fin nos decidimos a abrirla y probar los snacks de wasabi.

La bolsita la compramos en una tienda que había en una estación de metro, donde se vendían todo tipo de snacks y golosinas. Había de todo y compramos varias cosas, pero lo que más me llamó la atención fueron estas bolitas de wasabi importadas de Japón, sobre todo porque mi primera experiencia con el wasabi fue traumática...

Cuando vivía en Irlanda, en una de las ocasiones en que visité Dublín, fui a una feria de comida internacional. Que si unos kebabs por allí, que si un té de flores chinas por allá, todo tenía un aspecto fantástico, aunque los precios no eran precisamente populares. Al final decidí comer en el pabellón japonés, y por primera vez en mi vida probé el sushi. Todo fue bien, y el sushi me gustó mucho. De hecho, desde ese día, el sushi es una de mis comidas favoritas (y uno de los motivos por los que me gusta vivir en Corea).

Sin embargo, en una esquina de la bandejita había una especie de flor verde. Me pareció que debía ser o bien un adorno o bien un dulce para el postre, así que la dejé de lado. Cuando ya había terminado con la comida y la bebida, decidí probar la flor verde. La cogí con los palillos, me la metí en la boca, mastiqué... y pensé que me moría allí mismo. El sabor era tan fuerte que llenó mi boca, garganta y pulmones. Incluso el cerebro se me puso verde. En ese momento pensé que había comido algo tóxico, y ni siquiera tenía agua para enjuagar la boca. Lo pasé fatal durante varios minutos, hasta que la sensación se fue suavizando y pude dejar de mentar a las madres de todos los japoneses.

Esa "flor verde" era wasabi (山葵), un producto obtenido de la raíz de una planta parecida al nabo, y que se utiliza en la cocina japonesa. Su uso más común es como condimento del sushi, ya que ahoga el sabor del pescado crudo. Por supuesto, la cantidad que se coloca en cada sushi es mínima, apenas una mota. Yo me comí un pedazo del tamaño de un dedo pulgar. Fue la peor experiencia gastronómica de mi vida.

Bueno, después de ponerme en ridículo un rato, voy a terminar diciendo que las bolitas estaban buenas. El sabor era una curiosa combinación entre el sabor acre y amargo del wasabi con un toque dulce y salado. Y no te preocupes por mí, poco a poco voy recuperándome de mi trauma con el wasabi, aunque sigo asustándome cuando veo flores verdes en los jardines.

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