Luna de miel en Grecia III: Meteora
Cuando estábamos planeando el viaje a Grecia nos encontramos con unas fotos de un lugar sorprendente. Grandes formaciones rocosas que se elevaban sobre la vegetación, con monasterios construidos en la parte de arriba, ocupando toda la superficie de la cima. Este lugar se llama Meteora, está en Tesalia, en el centro del norte del país, y no es muy famoso pero resulta espectacular. Así que decidimos que había que verlo.El problema es que no es fácil llegar, y no es un lugar preparado para recibir mucho turismo. Reservamos dos noches en un pequeño hotel, y decidimos que compraríamos billetes para viajar en tren una vez estuviésemos en Atenas. El problema llegó cuando fuimos a la estación de tren a comprar los billetes (en cuanto llegamos a Atenas, una semana antes del viaje a Meteora), y nos encontramos con que no había plazas libres, debido a que esos días se celebraban elecciones generales en el país y la gente había reservado trenes masivamente para ir a votar a sus lugares de origen. La solución fue ir a la estación de autobuses y reservar billetes para ir en bus, y por suerte aún había plazas disponibles. La estación de autobuses, por cierto, nos hizo pensar que estábamos en Turquía en vez de Grecia, tanto por tamaño como por organización y apariencia.
Hotel Lithos, en Kastraki. |
Lo mejor del viaje en autobús fue poder ver el paisaje, mientras cruzábamos los campos de algodón de la llanura de Tesalia. Lo peor, las 7 horas que duró, incluyendo una pausa de duración excesiva (más de media hora). Pero al final llegamos a Trikala, y cogimos un autobús local hacia Kalambaka. Allí comimos en un restaurante infame, y cogimos un taxi hacia Kastraki, el pueblecito justo al pie de las montañas donde estaba el hotel. El Hotel Lithos donde pasamos estas dos noches es un pequeño establecimiento familiar, dirigido por una pareja de lo más servicial (probablemente, las mejores personas que nos encontramos en Grecia).
Sólo teníamos un día completo para visitar los monasterios y debíamos aprovecharlo, así que nos levantamos temprano... y descubrimos que estaba lloviendo. ¡Vaya desilusión, pero si el día antes al llegar había un tiempo estupendo! Desayunamos despacio, asumiendo que no podríamos subir a las montañas y tendríamos que pasar el día aburridos en el pueblecito.
Sin embargo, al terminar de desayunar paró de llover y, aunque el día pintaba bastante mal y estaba todo chorreando agua, los dueños del hotel se ofrecieron a subirnos en coche hasta el monasterio más lejano, para que los fuésemos recorriendo mientras bajábamos de regreso. Además, incluso nos prestaron un paraguas por si llovía, así que nos arriesgamos y empezamos la caminata.
Patio interior del Monasterio de la Transformación de Nuestro Señor. |
Primero visitamos el Monasterio de la Transformación de Nuestro Señor, o Gran Meteora, que es el más famoso. La entrada fueron 2 euros (precio por persona para cada monasterio), y las mujeres tienen que cubrirse las piernas con una falda, aunque lleven pantalón. Este monasterio es también el más grande, con una iglesia muy bonita y un patio con unas vistas espectaculares. Hay zonas reservadas para los monjes que aún habitan estos monasterios, pero en las zonas públicas hay salas de gran interés y además lo realmente interesante es el emplazamiento, más que la construcción en sí.
Mural del Monasterio de la Transformación de Nuestro Señor. |
Aunque aún había algo de niebla, pudimos confirmar que el paisaje es impresionante. Es increíble que unos monjes hayan construido estos monasterios en lo alto de estos monolitos de piedra, sin más medios técnicos que unas cuerdas. Si lo que querían era estar aislados del mundo, no cabe duda de que lo consiguieron. Los monasterios son tan inaccesibles que incluso sirvieron de refugio en la Segunda Guerra Mundial, y se sienten muy orgullosos de haber contribuido a la "valiente defensa de la nación griega frente al invasor nazi, siendo un ejemplo de valentía para el resto de Europa".
Actualmente se han construido accesos mediante puentes, rampas y escaleras talladas en la piedra, pero antiguamente sólo se podía acceder siendo izado mediante una cuerda. Cuando el primer visitante que llegó a este lugar preguntó cada cuanto tiempo se cambiaba la cuerda, le contestaron que se cambiaba "cada vez que se rompe". Para echarse a temblar.
Las vistas en Meteora son absolutamente espectaculares. |
Conforme fuimos visitando el resto de monasterios fue mejorando el tiempo, hasta terminar con una tarde espléndida. Y yo con el paraguas colgando del brazo todo el tiempo, sin usarlo. Junto con la mochila a la espalda, se llegaron a hacer pesados después de caminar 15 kilómetros en unas 7 horas.
El segundo monasterio que visitamos fue Varlaam, más pequeño pero muy bonito igualmente. Después vimos el Monasterio de la Santísima Trinidad (Agia Trias), que probablemente es el más reconocido debido a su imponente figura y al hecho de que en él se rodó en el año 1981 el final de la película de James Bond Sólo para tus ojos. El patio de este monasterio es espectacular porque no tiene vallas que protejan del borde, y la piedra está cubierta de musgo húmedo. Un despiste o resbalón y algún turista puede sufrir una caída de unos 100 metros. Se recomienda no visitar este lugar con niños.
Arriba al fondo, el Monasterio de la Tranformación de Nuestro Señor. |
Después seguimos caminando hasta ver todos lo monasterios abiertos al público (siete en total, porque hay uno, apartado del resto, que no admite visitas), y bajamos a descansar un poco al hotel y cargar las baterías de las cámaras, agotadas tras sacar cientos de fotos. Y es que el paisaje es realmente asombroso, y cambia a cada momento, porque al caminar cambia el punto de vista y además también varía la luz, tanto en ángulo como en intensidad. El resultado es un paisaje que provoca el deseo de sacar fotos continuamente.
Antes de cenar aún subimos otra vez para fotografiar el último monasterio y la antigua prisión, que consiste en un agujero en una gran piedra donde subían a los castigados con una escalera que después retiraban, dejándolos incomunicados.
Panorámica del valle que divide la zona principal de monasterios. |
Cenamos un sovlaki típico y muy decepcionante en un restaurante "engañaturistas", para acabar cenando por segunda vez en el Lithos, que se reveló también como la mejor opción para cenar en Kastraki. Después, unas horas de descanso para nuestros pobres pies, y el retorno a Atenas.
Otras 7 horas en autobús, más agotador que la caminata por las montañas. Una vez en Atenas, un último día para despedirnos de la ciudad, y retorno a España, con las maletas cargadas de souvenirs y las cámaras llenas de recuerdos; cansado el cuerpo, pero satisfecha la mente.
Espectaculares formaciones rocosas. |
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Este es sin duda el sitio de los que habeis visitado que mas me atrae. :D
ResponderEliminarholassss... tengo q ver el resto de las entradas pero esta parece merecer bastante la pena...
ResponderEliminarme has picado con la envidia y tendré q preparar una escapada por ahí... de un fin de semana en coche, no??? eso sí, en la glorieta de entrada... es a derechas o a izkierdas??? no lo tengo muy claro... jejejejejeje...
enga, hablamosssssss...
Sep, realmente Meteora tiene una pinta espectacular.
ResponderEliminarMón, por ahí disfrutarías tú en bici :D
ResponderEliminarPepe, mejor coge la circunvalación, que en la rotonda hay mucho tráfico ;)
Yo estuve alli y es precioso, la parte del Peloponeso y las islas es lo más bonito de Grecia, la única pega que conducen como locos.
ResponderEliminarLa gente de Grecia es majisima, teneis q visitar Grecia.