Mercado de Noryangjin, el mayor mercado de pescado y marisco de Seúl

Hay pocos lugares que reflejen tan bien el carácter de una ciudad como sus mercados tradicionales. A mí, particularmente, me encanta visitar mercados en los países a los que viajo. Las diferencias entre los mercados de diferentes países son enormes, y las sorpresas también. Si tuviera que recomendar uno y solo uno de los muchos mercados que hay en Seúl, mi elección sería el mercado de pescado y marisco de Noryangjin (노량진수산시장).

Este mercado está situado cerca de la estación de Noryangjin de la línea 1 del metro de Seúl, en la orilla sur del río Hangang, justo después de la gran estación de Yongsan. Es un mercado enorme, el mayor de la capital surcoreana especializado en productos pesqueros, y uno de los mayores del país. Vende tanto al por mayor como al por menor, por lo que el trasiego es constante. Los comerciantes en busca de productos para revender en otros mercados suelen ir de madrugada, mientras que los clientes particulares se dejan caer a cualquier hora del día. También suele haber algunos turistas, aunque no tantos como debería.

En cierto modo, entiendo que no sean muchos los visitantes que visitan este mercado, ya sea por desconocimiento -no se promociona como atracción turística- o por no impregnarse del aroma a pescado. El suelo está mojado y no es difícil mancharse al acercarse demasiado a algún puesto. En algunas zonas hay más gente que espacio, por lo que hay que tener cuidado con los empujones.


En Noryangjin se puede encontrar absolutamente de todo. Si vive en el mar, está en este mercado. Desde los pescados más habituales a especies traídas de otros mares, desde las almejas más baratas a mariscos de alto precio, desde cangrejitos milimétricos para hacer salsas a los grandes cangrejos rey, desde gusanos a algas, pasando por especies tan extrañas que no me atrevería a decir qué son.

El mercado de Noryangjin comenzó en 1927 en Uijuro, en el centro de Seúl, cerca de la estación de tren. En 1971, cuando la ciudad empezaba a modernizarse, se trasladó a su ubicación actual en la parte sur del río. Desde entonces esta zona también evolucionó bastante, y el famoso Edificio 63, con todo su resplandor dorado, está bastante cerca de este mercado.

Algunos puestos ponen el precio de los productos, pero en la mayoría el precio "depende". Si se va a comprar una cierta cantidad es mejor ir con un coreano para que el trato sea más justo. En caso contrario, siempre se puede recurrir a los puestos con precios marcados.

Lo mejor de este mercado es que es la puerta de entrada de una gran parte de los productos marítimos que se venden en Seúl, por lo que la rotación es constante y todo está muy fresco. Tan fresco, como que en muchos casos está aún vivo. Como es habitual en los mercados de pescado en Corea, casi todos los peces y algunos mariscos se venden aún vivos. Los puestos cuentan con acuarios por los que circula agua salada, en los cuales se clasifican los peces según especie y tamaño.

Algas maesaengi (매생이), solo a la venta en invierno, con las que se prepara una rica sopa.

Uno de los atractivos de estos mercados es que se puede comprar un pescado o marisco y comérselo ahí mismo. Una vez acordado el precio, la pescantina mata el pescado y luego lo corta y filetea con un arte y velocidad asombrosos. A veces se puede comer el sashimi (pescado crudo fileteado) en el mismo puesto de venta, o pasar a un pequeño restaurante que por una cantidad adicional proporciona salsas, acompañamientos y un lugar donde sentarse cómodamente -casi siempre en el suelo-.

Señoras pelando meongge (멍게), un extraño marisco de la familia de los urocordados.

Nosotros, sin embargo, optamos por comprar diferentes tipos de mariscos y prepararlos en casa. En la foto puede verse la olla antes de empezar a cocinar. Al estilo de Jeju, pero en casita.

Para terminar, cierro el post con un vídeo que grabé en una de mis visitas a este mercado, en el cual voy explicando lo que se puede ver.

Espero que te haya gustado este pequeño reportaje fotográfico. Si vienes a Seúl, te animo a pasar una o dos horas en el mercado de Noryangjin; no está lejos del centro y es una experiencia que merece mucho la pena.

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