El extraño caso de Lee Seok-ki, ¿traición o montaje?

La actualidad de Corea estas dos últimas semanas estuvo marcada por un caso tan extraño que no me atreví a comentar hasta ahora. Más que nada porque estuve esperando a un desenlace para saber hasta qué punto la noticia es creíble, y también porque quería leer diversos puntos de vista antes de formarme una opinión. Ahora que ya ha habido un desenlace (detención) aunque no un final (juicio), sigo sin saber muy bien qué ha pasado, pero voy a intentar resumir un poco los acontecimientos.

Pongámonos en antecedentes retrocediendo en el tiempo hasta diciembre de 2012, cuando Park Geun-hye se convirtió en la primera presidenta de Corea del Sur. Ya desde un poco antes de las elecciones empezó a descubrirse que algunos agentes del NIS (algo así como la CIA de Corea) habían escrito comentarios en algunas páginas web en los que ensalzaban a la candidata del Saenuridang (새누리당, de derechas) frente a los candidatos de los partidos de izquierda. La investigación aún sigue creciendo, y ahora mismo la credibilidad del NIS está en entredicho, porque una agencia de inteligencia debe velar por la seguridad del país pero no influir en la política interna. Este escándalo está provocando incluso protestas, de momento tímidas, y peticiones de que se repitan las elecciones. Estas peticiones, como es lógico, vienen del Minjudang (민주당), el partido que perdió las elecciones.

Para tapar el tema, en estos útimos meses salieron a la luz varias noticias curiosas. La más polémica fue la filtración de las actas de la cumbre intercoreana de 2007 entre el entonces presidente surcoreano Roh Moo-hyun y el fallecido líder norcoreano Kim Jong-il, según las cuales el primero había ofrecido más territorio al segundo. Sin embargo, cuando fueron a buscar las transcripciones oficiales se encontraron con que habían desaparecido.

Y a finales de agosto saltó la noticia de la que quiero hablar hoy. Agentes del NIS se presentaron en los domicilios de varios miembros del Tonghabjinbodang (통합진보당), partido de izquierda radical que prodríamos llamar Partido Progresista Unificado (PPU en adelante), y en la oficina del parlamentario Lee Seok-ki (이석기). La oficina no la pudieron registrar inmediatamente, ya que Lee Seok-ki se encerró dentro y empezó a destruir documentos. Cuando entraron, varias horas después, cogieron lo que quedaba para investigarlo más a fondo.

Poco después ordenaron la detención de varios miembros del PPU, acusados de pertenecer a una organización llamada 무장혁명인민기구 (Organización Revolucionaria del Pueblo) en la cual planeaban destruir instalaciones de comunicaciones de Seúl e infraestructuras militares, así como dañar instalaciones logisticas y energéticas. También parece que este grupo compuesto por unas 130 personas iniciaba sus reuniones cantando el himno de Corea del Norte, aunque esto no es un delito. Los cargos de los que se les acusa son “conspiración para organizar una rebelión y violación de la Ley de Seguridad Nacional”.

En el caso de Lee Seok-ki, que es el más grave por tratarse de un parlamentario electo, confluyen varios factores. Por un lado, hace tiempo que se sabe que se niega a cantar el himno de Corea del Sur, ya que tiene una ideología pro-norcorea que no intenta disimular y que ya le acarreó problemas en el pasado. Entre otras cosas se sospecha que viajó a Corea del Norte sin permiso en una o dos ocasiones. Ahora los investigadores afirman tener grabaciones en las que alaba a Corea del Norte y critica a Corea del Sur, e incluso detalla que en caso de ataque de Corea del Norte habría que entorpecer las acciones de defensa de Corea del Sur.

Por otra parte, ha salido una lista de la información que solicitó en los ocho meses que lleva en el parlamento. Pese a no encajar con su trabajo directo, la lista es curiosa: protección de la infraestructura de telecomunicaciones, planes de emergencia en caso de corte de suministro eléctrico de emisoras de TV y compañías de telecomunicaciones, acuerdos entre el NIS y el Ministerio de Unificación, lista de participantes en las negociaciones del Tratado de Cooperación Nuclear entre Corea del Sur y Estados Unidos, planes de tratamiento de combustible nuclear, inversiones del Ministerio de Defensa, lista de refugiados norcoreanos que trabajan en empresas públicas, y otros temas similares.

Finalmente, tras una votación parlamentaria en la que solo defendieron a Lee Seok-ki sus compañeros de partido, y una pequeña pelea entre compañeros de partidos y agentes del NIS, este fue detenido y permanece a la espera de que la investigación avance y se celebre un juicio. Mientras tanto, este tema sigue llenando páginas de periódicos e informativos de TV, tapando los escándalos anteriores.

Centro de telecomunicaciones de KT en Daehangno,
repentinamente famoso por ser uno de los objetivos de la supuesta conspiración.

No sé cómo concluir este post, porque de momento aún no está claro qué está pasando con todo este tema. Podría pensarse que Lee Seok-ki estaba ejerciendo como espía de Corea del Norte desde dentro del propio parlamente de Corea del Sur. O también podría pensarse que todo esto es un montaje del NIS para tapar sus propias miserias y de paso demostrar que necesita tener cierta libertad de operaciones en política interna para atajar estos casos. Supongo que en unos meses, cuando concluya la investigación y se haya celebrado un juicio, se sabrá mejor lo sucedido. O quizá todo acabe envuelto en un opaca nebulosa de ambigüedades. No lo sé. Lo que sí parece cada vez más claro es que, al igual que la península coreana se divide en dos países, Corea del Sur está dividida ideológicamente en dos grupos opuestos. Derecha contra izquierda, pro-USA contra pro-Corea del Norte, este contra oeste... la herida de la Guerra de Corea aún está abierta.

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