Qué es y qué no es Gangnam

Este lunes el programa Hoy por hoy de la Ser (cadena de radio de España) dedicó 10 minutos a hablar sobre el primer aniversario del gran éxito Gangnam style del cantante PSY. Buscaban la opinión de algún españolito que estuviese viviendo en Seúl y, gracias al chivatazo de Robert, me acabaron llamando a mí.

No me importa participar en este tipo de programas, e incluso me gusta, aunque hay algunas cosas que no soporto. Por ejemplo, parece que ya tienen decidido de antemano lo que quieren oir. En este caso querían escuchar que Gangnam ha cambiado mucho por la influencia de la canción y ahora es un hervidero de turistas; pero no es verdad, el distrito no ha cambiado y la presencia de turistas no es mucho mayor que antes de la canción (volveré sobre este tema). Cuando en la toma de contacto escuchan la verdad parece que pierden la ilusión y en algunas ocasiones ya no llaman para el programa pese a tener día y hora concertada. Esto me pasó con varias emisoras hace unos meses cuando hubo un par de semanas de tensión entre Corea del Sur y Corea del Norte. Me llamaban para saber mi opinión sobre el conflicto, pero cuando les explicaba que la tensión se vivía más fuera de Corea que dentro, y que en Seúl nadie parecía preocupado por el tema, perdían todo el interés. Si no hay carnaza (gente huyendo de la ciudad, colas en supermercados desabastecidos, pánico general, muerte y destrucción) ya no interesa hablar sobre el tema. De esto también saben algo los blogueros japoneses.

El otro tema común a los medios de comunicación “mayoritarios” es que esperan tu colaboración a cambio de nada. Por supuesto, nadie espera recibir dinero por hablar unos minutos por teléfono, aunque para ello haya que variar la rutina personal para estar en un lugar silencioso a la hora concreta que le venga bien a alguien que vive en un huso horario muy diferente. Sin embargo, si lo contactan a uno debido a la presencia pública del blog, sería elegante citar la existencia de ese blog. Cuando se le dedican tantas horas a un hobby, es una gran satisfacción personal oír cómo lo nombran en un medio de comunicación. Pero nada, ni aunque se les pida expresamente ese detalle. Radios que entrevistan por la cara, televisiones que copian noticias de los blogs sin citar la fuente y periódicos que no ponen un enlace saliente ni de casualidad. Es una pena ver cómo suceden cosas así.

Todas estas experiencias dan más valor a las colaboraciones provechosas y amistosas. Por ejemplo, la que tuve durante varios meses con el gran Javier Domínguez de Radio Euskadi. Al final era una cita quincenal tan agradable como ir a tomarse una caña con un par de amigotes. No es tan difícil.

Bueno, pues pese a todo esto, y a que me cortaron en medio de la explicación, dejo aquí el fragmento de diez minutillos para quien tenga interés. Al principio hablan con Jang Jin-sang, director del Centro Cultural Coreano de Madrid, que hace muy bien su trabajo de promoción de Corea; y después entra el pardillo que suscribe.

Lamento llevar la contraria, pero Gangnam no ha cambiado. Sigue siendo el distrito de nuevos ricos por antonomasia, la cuna del quiero y no puedo, la sede central de la superficilidad y el nexo de la mayoría de aspectos negativos de la sociedad coreana. Enjambre de oficinas durante el día, con miles de hombres que trabajan están en la oficina muchas más horas de las necesarias. Nexo de toda la pijería por la mañana, cuando las tiendas de gran lujo y cafeterías ultracaras rebosan de jóvenes y mayores que acuden a gastarse el dinero que no tienen, solo por decir que han comprado un bolso o se han tomado un café en Gangnam. Hervidero de chicas mutiladas a mediodía, que regresan a casa para lamerse las heridas tras hacerse algún retoque en una de las incontables clínicas de cirugía estética que se anunican sin ningún rubor en la estación de metro. Destino de estudiantes por las tardes, que acuden desde todo Seúl porque creen que las academias de Gangnam son mejores que las de su barrio. Y centro del vicio por las noches, con la mayor concentración de burdeles de todo Corea, y un ejército de chicas que ofrecen sus servicios en modo freelance anunciándose con tarjetitas y recibiendo en sus officetel a ajeossis que buscan fuera lo que sus esposas ya solo comparten con otros hombres.

La cirugía estética te hace feliz. Ella sonría porque ahora es hermosa, y él sonríe con confianza.

Gangnam no es el centro de la moda, porque ese título le corresponde a Dongdaemun. No es el distrito financiero, porque eso está en Jung-gu. No es un estandarte de la cultura tradicional, porque eso se concentra en Jongno. Tampoco es un buen lugar para comer, porque la gastronomía coreana está presente en toda la ciudad a precios mucho más razonables. Ni siquiera es un lugar lleno de atracciones turísticas, porque no hay mucho que ver aparte del templo Bongeunsa y las tumbas Seonjeongneung. Y, por supuesto, no es el lugar donde viven las personas ricas de Corea. Los ricos de verdad abandonaron Gangnam hace más de 20 años, y ahora viven en barrios como Hannam-dong o Seongbuk-gu.

Lo que queda en Gangnam es un gran pastel de ostentación recubierto de superficialidad. Eso es lo que de alguna forma criticaba PSY en el famoso videoclip, y no me parece lógico querer venderlo como un atractivo turístico. Hay mucho que ver en Corea y en Seúl. No pierdas tu tiempo en Gangnam.

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