Lo mejor de Vigo en cuatro días (Famtrip coreano)

Este mes de mayo, que ya está a punto de terminar, comenzó con una sorpresa que derivó en una gran experiencia. Justo al regresar de un viaje a Galicia, tras dos años sin ir a España, recibí un email de los promotores del turismo en Vigo. Querían aprovechar la presencia del futbolista coreano Park Chu-young en el Celta para promocionar Vigo como destino turístico en Corea. Ya tenían todo organizado, pero les faltaba la parte coreana. Tras contactar con varios periódicos y blogueros, organizamos una expedición con dos periodistas (MK y Hanguk Ilbo) y tres blogueros (Stress Zero, 좋은사진 좋은여행 y un servidor) dispuestos a pasar cuatro días conociendo Vigo. Y esto es lo que hicimos...

DÍA 1 - LLEGADA

Tras unas 20 horas de viaje, llegamos al aeropuerto por la tarde, con lo que fue un día casi perdido. Aún así, tras dejar las cosas en el estupendo Hotel Axis del centro de Vigo, fuimos a un nuevo bar llamado "O Lagharto Pintado". Este local fue abierto por profesores de música de la Universidad Popular de Vigo, y dos días a la semana estos mismos profesores acuden con algunos alumnos e improvisan canciones populares gallegas. Las tapas tampoco estaban nada mal, por lo que fue un reencuentro con la cultura y gastronomía de Galicia por todo lo alto. Y esto era solo el principio.

DÍA 2 - ARQUITECTURA y CONFERENCIA

El día siguiente empezó un poco tarde, para dar tiempo a llegar a los representantes de agencias de viajes que llegaron desde Madrid. La idea también era dejarnos descansar a nosotros después del largo viaje, pero el jetlag hizo que todos nos despertásemos mucho antes de lo esperado. A las cinco de la mañana alguno ya estaba tuiteando mientras esperaba para bajar a desayunar.

Un poco antes del mediodía hicimos un tour por algunos edificios representativos de la ciudad acompañados por una guía. La mayoría de estos edificios fueron construidos con las fortunas surgidas del mar a principios del siglo pasado, y cuentan con historias interesantes. Son edificios a los que no se da la importancia que merecen, pero que describen muy bien la historia de la ciudad.

A eso de las dos de la tarde, cuando lo coreanos ya pensaban que no habría comida (en Corea se suele comer mucho antes que en España), nos encaminamos al Real Club Náutico de Vigo para empezar un tour gastronómica que ya no terminaría hasta que tomamos el avión de regreso. Después hicimos un pequeño recorrido por el casco histórico de Vigo, donde me llevé la mayor sorpresa del viaje. Una zona que hace apenas 10 años estaba completamente deteriorada, por donde poca gente se atrevía a pasar ni de día ni de noche, luce ahora limpia y llena de vida. Es una delicia pasear por calles como la de los Cesteiros y ver las casas rehabilitadas y pequeños comercios tradicionales en los bajos. Los cascos históricos siempre son una de las grandes atracciones de las ciudades españolas, y ahora Vigo también puede presumir del suyo.

A continuación asistimos a la conferencia "Corea Dinámica" de Oh Dae-yung, embajador de Corea del Sur en España, tras la cual Park Chu-young fue nombrado de forma oficial como embajador honorífico de Vigo. Fue un acto muy rápido, pero que dará pie a múltiples colaboraciones y promociones con la esperanza de dar a conocer Vigo en Corea.

El día terminó en la Estación Marítima de Vigo con una cena de auténtico lujo en el restaurante Albatros. Probar delicatessen como el centollo de la ría en una mesa con vistas al mar fue el colofón perfecto a la jornada, aunque a esas horas ya estábamos todos deseando agarrar el sueño que nos rondaba.

DÍA 3 - EN EL MAR

En cuanto a visitas de lugares interesantes, este era el día fuerte. Empezamos visitando el Mercado de Pescado y Marisco del Calvario, porque los mercados siempre son un lugar estupendo para tomarle el pulso a una ciudad. Fue una pena no haber podido visitar la lonja, pero los coreanos se llevaron una muy grata impresión de este mercado. Yo menos, porque es algo que forma parte de mi "ADN galego".

Poco después subíamos a un barco muy especial, un antiguo mercante acondicionado como embarcación de recreo. Primero fuimos ría adentro para visitar una batea de ostras en la que nos explicaron todo lo que hay que saber sobre la cría en cautividad de este apreciado molusco. Después pusimos rumbo al oeste, almuerzo a bordo incluido, para llegar a las Islas Cíes, el gran paraíso natural de las Rías Bajas por razones tan poderosas como la Playa da Rodas o su rica (en ambos sentidos) fauna submarina. Sobre las Cíes ya escribiré largo y tendido, así que de momento lo vamos a resumir en tres palabras: belleza natural inigualable.

Tras pasar unas horas caminando por las Cíes, regresamos a Vigo para cenar con esa hermosa costumbre española de ir de bar en bar tomando tapas y raciones regadas con cañas y vinos. No se trata de comer, y mucho menos de beber, sino de socializar. Es una actividad tan sana y agradable que hasta los coreanos se unieron a los coros de charla y buen humor. Y así estuvimos hasta que fue la hora de ir de nuevo a la Estación Marítima, esta vez para asistir a un concierto de Xoel López. La pena fue que su actuación comenzó ya pasada la medianoche, cuando todos teníamos cuerpo mente más pendientes de Morfeo que de otra cosa. Pasadas un par de canciones regresé al hotel, y esa noche ya ni jetlag ni nada, dormí como una piedra hasta que sonó la alarma.

DÍA 4 - HISTORIA y FÚTBOL

El último día teníamos un programa bastante variado. Comenzamos subiendo a O Castro, antiguo poblado celta y fortaleza medieval, el lugar de donde surgió la ciudad. Por desgracia no pudimos entrar debido a un retraso de la persona que debía abrir el portón, pero al menos disfrutamos de los alrededores.

A continuación visitamos algo que yo no conocía: el Pazo de Castrelos, ahora convertido en el Museo Quiñones de León. Este pazo es muy interesante sobre todo por su pasado lleno de anécdotas que reflejan los giros históricos de los dos últimos siglos en Galicia, y que intentaré resumir en un futuro post.

Muy cerca de este pazo se encuentra el Estadio de Balaídos, sede del Real Club Celta. Se nos permitió entrar al recinto e incluso pelotear un rato largo sobre el césped. Como celtista que soy, ya nadie me podrá quitar el gusto de haber metido un gol en Balaídos, aunque fuera sin portero. Tras la visita de rigor a la tienda oficial, subimos a un autobús que nos llevó a uno de los lugares con una mejor vista panorámica de la ciudad.

En lo alto del Monte Cepudo hay un mirador desde el cual se puede ver Vigo, su ría, las Islas Cíes y Baiona. Y más allá, si hace buen tiempo. Y además del mirador hay también un restaurante en el que nos dimos un auténtico homenaje. Marisco, vino y carne de lo mejorcito y en gran cantidad, en lo que fue mi comida más copiosa de los últimos meses.

Con los estómagos llenos y los ánimos alegres visitamos los dos últimos puntos programados. Primero la Playa de Samil, el arenal al que en verano escapan hordas de vigueses en busca de sol y mar. Y después el Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) del centro de Vigo, una antigua prisión convertida en un espacio en el que se exhiben obras de arte cosas raras.


Y así terminó un FamTrip que me permitió redescubrir Vigo, la ciudad en la que estudié durante muchos años. Ese mismo día me escapé unas horas para hacer una visita sorpresa a mi familia que permanecerá durante muchos años en la memoria. Y después, ya de regreso hacia Corea, aún tuve tiempo de alargar la escala en París para conocer al fin la capital francesa. Pero eso es otra historia ;)

→ Este FamTrip fue posible gracias a: Turismo de Vigo, Concello de Vigo y Fundación Vigo Convention Bureau. A ellos va mi agradecimiento.

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