Un paseo por Seocho, en el sur de Seul
Seocho-gu es un distrito del sur de Seúl, situado entre el humilde Gwanak-gu y el ostentoso Gangnam-gu. Seocho se parece más a este último, ya que es una zona residencial de nivel alto y precios aún más altos. Nosotros hicimos un recorrido por la zona hace algún tiempo, y hoy voy a comentar los puntos más destacados de este distrito que, sin ser una zona turística, tiene muchas cosas interesantes.
Empezamos en la estación de Seocho (서초역) de la línea dos del metro de Seúl, y justo al lado de la estación podemos ver el enebro más antiguo de Seúl, un gran árbol de casi nueve siglos que el progreso ha dejado en medio de una calle de múltiples carriles atestada de vehículos. Apenas unos metros más allá se encuentra el Juzgado Familiar de Seúl (서울가정법원), un edificio imponente pero que no destaca precisamente por su belleza. Y no es para menos, ya que su principal función es juzgar divorcios y conflictos similares.
Juzgado Familiar de Seúl. |
El principal motivo por el que visitamos la zona era conocer Seorae (서래), el barrio francés de Seúl. El lugar es una isla occidental en una megaurbe netamente coreana, con muchas cafeterías, restaurantes, panaderías y tiendas de estilo francés que venden productos franceses. No está mal, pero la verdad es que nos decepcionó un poco porque esperábamos algo más grande y más, no sé cómo decirlo, más "francés".
Cafetería en Seorae, el barrio francés de Seúl. |
Lo mejor de Seorae es sin duda la sucursal de Paris Croissant, una franquicia de panaderías a la sombra de las omnipresentes Paris Baguette y Tous Les Jours. Los establecimientos de Paris Croissant no son mejores que el resto, aunque sí más caros. Sin embargo, esta panadería en concreto está al mismo nivel que la famosa Paul de Yeouido. Aquí nos tomamos un brunch que pasará a la historia gastronómica de este humilde comepanes.
Sucursal de Seorae de la franquicia Paris Croissant. |
Tras rodear el barrio franchute, nos encontramos el Parque de Seorae (서래공원), espacio verde con bonitas estatuas. Parecía un buen lugar para pasear, pero al entrar en él descubrimos que no había parque más allá de las estatuas. Como tantas cosas en esta zona, era fachada y nada más.
Caballos en el Parque de Seorae. |
Justo enfrente de este parque está la Terminal de Autobuses Interurbanos de Seúl (서울고속버스터미날), una de las principales estaciones de autobús de la ciudad. Subiendo por la carretera entre el mini parque y la macro parada de autobús, llegamos a la Biblioteca Nacional de Corea (국립중앙도서관), un gran edificio lleno de libros pero no muy visitado por la personas.
Al fondo, la Terminal de Autobuses Interurbanos de Seúl. |
Lo más interesante del día está en la parte alta de esta carretera, justo antes de que la cuesta arriba se convierta en cuesta abajo. Aquí hay un parque llamado Colina Montmartre (몽마르뜨언덕), que no hace honor a su nombre ya que está dedicado a las orugas, con abundante información sobre los bichitos en cuestión. Además, para pasar de un lado al otro, por encima de la carretera, instalaron un puente con un diseño muy particular inspirado en las orugas. El parque estaba, como siempre, lleno de señoras y señores descansando y haciendo ejercicio en las maquinas de gimnasia. Es un parque pequeñito pero muy bonito, uno de esos oasis verdes en medio del gris asfalto de esta gran urbe que es Seúl.
El puente de las orugas, y las escaleras de acceso al parque. |
Después de pasar un rato en el parque bajamos al otro lado, hasta llegar de nuevo a la estación de Seocho, el punto de partida. De aquí continuamos caminando hasta Gangnam, y este fue el día que vi las polémicas tarjetitas que anuncian chicas de vida ligera. Ya era de noche y estábamos un poco cansados de pasear empujando el carrito de Sonia, así que después de un reconfortante café regresamos a casa.
Lo mejor del día, sin duda, fue disfrutar de momentos como el de esta última foto :)
qué bonica!! :)
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