El Escorial
De todas las joyas arquitectónicas y patrimonios culturales que conserva España, creo que la que más me gusta es el Monasterio de El Escorial. No es la construcción más grande ni la más espectacular, y desde luego no destaca por su belleza, pero me fascinan las líneas convergentes y las fachadas grandes y austeras, y de eso El Escorial tiene un rato largo. Visité este lugar en un par de ocasiones, en una escapada en 2006 y después cuando vivía en Santiago, y ninguna de las dos veces me decepcionó.
Esta gran obra está situada en San Lorenzo de El Escorial, una localidad al noroeste de Madrid, no muy lejos del Valle de los Caídos. Fue construido entre 1563 y 1584 por orden del rey Felipe II, quien a su vez cumplía el deseo de su padre Carlos I de ser enterrado en la Sierra de Guadarrama, el centro geográfico de España. Felipe II aprovechó la ocasión para construir un panteón que sirviera como lugar de entierro de los futuros monarcas de España, así como una basílica y un monasterio que guardase el culto a la familia real. Al mismo tiempo, construyó un gran complejo en el que residir y trabajar, y así poder ocuparse de los asuntos del reino sin distracciones. Ese espíritu funcional se ve reflejado en la arquitectura, que es simple y austera pese a la grandiosidad de la obra.
En mi primera visita me limité a admirar el Escorial desde fuera, porque no disponía de mucho tiempo. En la segunda ocasión sí que nos programamos para estar toda la mañana en el lugar, por lo que entramos al interior y vimos incluso la cripta. El recorrido que se hace por el interior del Escorial muestra muchas de las habitaciones y lugares de trabajo, incluyendo los aposentos y despachos del rey. Impresiona el gran salón con vistas al exterior, y las paredes llenas de mapas de la época marcando todos los dominios del gran imperio que España era en aquel entonces.
Para acceder a la cripta y el Panteón de Reyes hay que pagar un extra. Es un poco caro, pero merece la pena hacerlo al menos una vez. Y no lo digo por el morbo de ver el lugar de entierro de los monarcas, sino por su importancia histórica. Ver en una misma sala los sarcófagos con los restos de las personas que dirigieron España durante cinco siglos, desde el gran imperio que dominaba medio mundo hasta el país actual lleno de paro y corrupción, inspira al menos cierto respeto. El pequeño tamaño de la cripta y de los sarcófagos puede parecer un poco extraño, pero el lugar es sobrecogedor.
En esta cripta real, oscura y fría, descansan todos los monarcas españoles desde Carlos I hasta la actualidad, con dos excepciones: Felipe V, que quiso ser enterrado en la Granja de San Ildefonso, y Fernando VI, que reposa en el Convento de la Salesas Reales. Llama la atención que solo hay dos sarcófagos vacíos, que además están reservados para los Condes de Barcelona Juan de Borbón y su esposa. Por tanto, cuando fallezca Juan Carlos I no tendrá sitio en el Panteón de Reyes. Se han propuesto varias soluciones para esto, desde una ampliación de la cámara al traslado de algunos restos para hacer sitio, pero de momento aún no se ha tomado una decisión definitiva.
Fachada de la basílica, en el interior de la estructura general. |
A continuación se visita el Panteón de Infantes, donde descansan otros muchos miembros de la familia real. Este lugar es menos ordenado y hay tumbas suntuosas al lado de otras mucho más humildes. Está dividido en varias cámaras, con tumbas tanto de adultos como de niños. La pieza que más impresiona es el mausoleo poligonal, que contiene los restos de muchos bebés fallecidos prematuramente. En la cripta no está permitido sacar fotos, pero os puedo asegurar que el lugar impresiona.
Por cierto, los cadáveres no son guardados en los sarcófagos inmediatamente, sino que pasan unos 25 años en una estancia llamada "pudridero". El nombre lo explica todo, pero aparte de esperar a que pase el mal olor, en el caso de los monarcas se cubren de cal viva para que el cadáver reduzca su tamaño hasta caber en los pequeños cofres de plomo, de apenas 140 centímetros, en los cuales se sellan los cuerpos antes de introducirlos en los sarcófagos. Como veis, mucho reinar en vida, pero la muerte de un rey tiene tan poco glamour como la de cualquier otra persona.
→ Para más información sobre el Monasterio de El Escorial, puede leerse el artículo de la Wikipedia o la página de Patrimonio Nacional.
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