Día de confraternización en Pocheon

Al igual que el año pasado, cuando fuimos a Gwangneung, este año también hicimos una excursión otoñal todos los miembros de la oficina. La verdad es que pensaba que este viaje ya estaba hecho, porque en septiembre hicimos un recorrido de dos días por el norte de Gyeongsangbuk-do, pero parece que aquello era otra cosa y el día de excursión estaba programado para finales de octubre. El caso es que pasamos un día en Pocheon (포천), una zona al norte de Seúl donde visitamos dos lugares interesantes y tomamos un buen almuerzo.

Lo primero que vimos fue una fábrica de licores tradicionales llamada Sansawon (산사원). Aquí visitamos un pequeño museo y pasamos a una sala donde tuvimos barra libre para catar unos 20 licores coreanos diferentes, desde el suave makgeolli hasta licores más fuertes. Una vez fuera, nos encaminamos (alguno ya un poco mareadillo) al lugar donde almacenan los licores para que fermenten y/o envejezcan. Estos licores se guardan en grandes recipientes cerámicos, al modo tradicional, y resulta un lugar muy interesante.

De ahí pasamos al restaurante, donde cada persona pudo tomar un plato a su elección, a escoger entre una breve lista de seis o siete opciones a cada cual más coreana. Yo opté por un bibimbap de carne cruda (육회 비빔밥, yukhoe bibimbap), que suena muy mal pero estaba riquísimo. Había otras opciones interesantes, pero muchos nombres terminaban en 매운탕 (sopa picante de...), así que decidí no arriesgarme. Y lo menos arriesgado era la carne cruda, ya ves.

Por la tarde visitamos un valle artístico instalado en una cantera abandonada llamado 포천 아트밸리 (Valle Artístico de Pocheon). El entorno era precioso, pero me queda la impresión de que el lugar está algo desaprovechado. Hay una galería muy poco interesante y algunas estatuas extrañas, pero poco más. Lo más bonito es un lago artificial producto de la actividad de cantería. En cualquier caso, creo que no es suficiente para justificar una visita. Y tampoco creo que el dinero invertido se haya gastado correctamente, sobre todo en el caso del monorraíl que instalaron para una subida de apenas 500 metros.

Una vez vistos los dos lugares, las relaciones de amistad/odio entre los compañeros seguían siendo las mismas, pero está claro que es mejor pasar un día fuera que sentados delante de un ordenador, así que quien más quien menos todos sonreíamos de alguna forma.

Este fue probablemente mi último viaje antes del invierno, que ya se está dejando sentir en Seúl. Esta semana ya hemos bajado de cero grados, así que llega el momento de dejarme de viajes y empezar a hibernar hasta primavera ;)

COMPARTIR ES BUENO

Tweet

Si te ha gustado este post,
puedes ayudarme a mejorar
con un pequeño gesto :)
→ CLICK AQUÍ ←