Viaje por el norte de Gyeongsanbuk-do, en el centro de Corea

Recientemente hice un interesante viaje de dos días por el norte de la provincia Gyeongsangbuk-do, más o menos en el centro de Corea del Sur. Esta es una zona interior en la que no hay grandes ciudades, sino pequeñas poblaciones aisladas entre las abundantes montañas. Apartada de los circuitos turísticos habituales, en esta zona pueden encontrarse algunas de las señas de identidad de la cultura coreana. Por ejemplo, no muy lejos de los lugares que visitamos se encuentra la famosa aldea tradicional Hahoe de Andong.

Voy a hacer un resumen del viaje para que sirva de presentación y de itinerario, y más adelante iré hablando con mayor detalle de algunos de los lugares presentados.

DÍA 1 - MUNGYEONG

Lo primero que visitamos fue el bicirrail de Mungyeong, que es un corto recorrido que se puede realizar sobre unas vías de tren abandonadas. Se utilizan una especie de bicicletas de cuatro plazas, que se mueven sobre los raíles. Pedalear es fácil, y el objetivo del paseo es disfrutar del paisaje montañoso.

A continuación nos trasladamos a la cercana aldea Sangcho-ri para visitar el lugar donde la KBS rueda la mayoría de sus dramas históricos. Se trata de la recreación de una aldea de la era Joseon a la que no le falta de nada. Tiene una zona más pobre, donde vivía la plebe, y una zona más rica. En lo alto hay incluso un pequeño palacio, que a mí me recordó al palacio Gyeongbokgung de Seúl. Es una visita recomendable para fans del hallyu, y menos recomendable para quienes no somos fans, aunque de todas formas siempre se puede disfrutar del entorno.

Este lugar de rodaje está situado en el Parque Provincial Mungyeongsaejae, que es famoso por las tres puertas Juheulgwan, Jogokgwan y Joryeonggwan. Estas puertas fueron construidas hace 300 años de historia como barrera defensiva, y señalan la antigua ruta que llevaba a la capital Hanyang (lo que hoy es Seúl). Tanto estas tres puertas como el lugar de rodaje y un pequeño parque con una cápsula del tiempo están situados en la montaña Juheulsan.

Para cenar nos dirigimos a un restaurante típico, donde teníamos una gran sala reservada en un restaurante situado en medio de la nada. Tomamos galbi, carne a la parrilla, hasta reventar. De ahí fuimos directos al resort donde pasamos la noche. Este resort estaba ya en Punggi y cuenta con unas buenas instalaciones como un mini-balneario, aunque le falten cosas tan básicas como las camas. Después de más de dos años en Corea ya estoy acostumbrado a dormir en el suelo, así que no tuve problema para dormir hasta la mañana siguiente.

DÍA 2 - YEONGJU y ALREDEDORES

Al día siguiente comenzamos desayunando bugeoguk (북어국), una sopa de abadejo seco muy utilizada en la mañanas de resaca. Rápidamente nos montamos en el autobús y nos dirigimos al que posiblemente fue el lugar más interesante de todo el viaje.

La aldea Museom es uno de esos pueblos antiguos por los que parece que apenas ha pasado el tiempo. Casi todas las casas son hanoks tradicionales, algunos de los cuales tienen un par de siglos de historia. En esta aldea sigue viviendo gente, aunque el habitante más joven ya tiene 60 años. Tampoco renuncian a algunas comodidades modernas (electricidad, agua, TV), pero los viejos hanoks y el precioso entorno natural consiguen que este lugar parezca de otra época. Uno de los principales atractivos de la aldea es el estrecho puente antiguo que servía para cruzar el río, y que tiene una historia muy curiosa que ya contaré apropiadamente ;)

Antes de comer nos dio tiempo de pasar por el mercado de ginseng de Punggi, un lugar en el que ya había estado un par de años antes. Esta vez ya sabía lo que me podía esperar, y aproveché para comprar un par de kilos de raíces de ginseng. El ginseng de Punggi es reconocido como el mejor de Corea, y el pueblo está rodeado de plantaciones de esta planta tan apreciada en Asia.

Para comer fuimos a un restaurante muy especial llamado Yakseondang, cuya dueña presume de servir comida medicinal. Ha ganado varios premios gastronómicos, y la verdad es que comimos como reyes. Poder probar tantos platos diferentes, y todos elaborados con mucha atención a los detalles, fue toda una experiencia para los cinco sentidos.

El último lugar que visitamos fue el templo Buseoksa, uno de los principales templos budistas de Corea. Como suele ser habitual, este templo se encuentra en medio de las montañas, lo que permite disfrutar de un paisaje espectacular. Aunque los templos budistas coreanos son todos muy parecidos, cada uno tiene detalles propios y una historia muy particular, y Buseoksa no fue una excepción.

Antes de regresar a Seúl nos dio tiempo de parar en la fábrica de donuts Jung, que son unos pasteles hechos con una pasta pegajosa a base de arroz. Son parecidos al tteok, aunque algo más ligeros, y ademas están fritos y glaseados. Me llevé una caja y estaban tan buenos que no sobrevivieron al día siguiente ;D

Aquí queda el resumen, y en los próximos semanas meses iré contando los detalles.

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