Seúl, capital de Corea del Sur

Gwanghwamun, puerta de entrada al Palacio Gyeongbokgung.

El nombre de este post no es casual, ya que Seúl es la capital de Corea en el sentido más amplio de la palabra. No solo es el nexo político y administrativo del país, sino que también es el centro económico, cultural, educativo, turístico y deportivo. En este sentido Corea se parece un poco a Irlanda, con una capital que concentra una gran parte de la población del país en un gran área metropolitana que empequeñece al resto de poblaciones, y alrededor de la cual gira todo. Seúl actúa como un imán que concentra toda la vida de Corea, atrayendo a la población que busca oportunidades profesionales, y conformando una gran ciudad que, pese a su gran tamaño, sigue siendo un buen lugar para vivir.

DATOS ADMINISTRATIVOS

Seúl cuenta con el estatus de "ciudad especial", por lo que su nombre completo en coreano es 서울특별시 (SoulTeukbyeolSi), y está dividida en 25 distritos (gu) que a su vez se dividen en barrios (dong). La ciudad es atravesada de este a oeste por el río Hangang, y de esta forma de puede hablar de una parte norte rica en restos históricos y una parte sur más empresarial y residencial. La parte norte contiene el centro histórico (Jung-gu, Jongno-gu, Dongdaemun-gu), donde se concentran los palacios y barrios más turísticos. La parte sur se puede dividir en una parte este rica y opulenta (Gangnam-gu, Songpa-gu, Seocho-gu) y una parte oeste más pobre y menos desarrollada (Guro-gu, Yeongdeungpo-gu).

Decir cuánta gente vive en Seúl es una misión complicada, pero la cifra oficial ronda los 11 millones de habitantes, con una densidad de población de 17.000 hab/km². Si se tiene en cuenta el área metropolitana, incluyendo ciudades cercanas como Incheon, esta cifra se eleva hasta los 24 millones, que es la mitad de la población total del país.

Amanecer en Seúl: Desde la torre N de la Montaña Namsan.

HISTORIA

El primer asentamiento registrado en la zona data de hace unos 2000 años, durante el Reino Baekje, con el nombre de Wiryeseong (위례성). Durante el reino de Silla, la ciudad ganó importancia y pasó a llamarse Hanju (한주). En el siglo XI, la dinastía Goryeo la denominó Namgyeong (남경) debido a su creciente importancia logística. La dinastía Joseon estableció aquí su capital en el año 1394, y esta es la fecha que se considera como la fundación de la ciudad. Durante esta época fue llamada de dos formas: Hanseong (한성) y Hanyang (한양). Durante la ocupación japonesa se usó el nombre de Gyeongseong (경성), y fue al finalizar esta cuando se adoptó el nombre actual de Seúl (서울).

Al principio de la Guerra de Corea, las tropas norcoreanas ocuparon y arrasaron Seúl. En la posguerra Seúl era una ciudad en ruinas, destruida casi por completo. La reconstrucción fue tan rápida como caótica, y ahora se van modernizando poco a poco las zonas viejas, en un continuo proceso de remodelación. La ciudad se ha convertido en una de las grandes metrópolis de Asia, y hoy en día es un ejemplo a imitar por muchos países.

Mañana en Seúl: La montaña Namsan y la Torre N, desde Yeouido.

ARQUITECTURA

Seúl es una ciudad de contrastes, en la que hay tantos rascacielos como zonas antiguas plagadas de pequeñas casas al borde de la ruina. Estas zonas son el resultado de la urbanización contra-reloj tras la Guerra de Corea, y poco a poco se van renovando dejando su espacio a grandes bloques de apartamentos.

Pese a concentrar tanta población, Seúl no es una ciudad agobiante, o al menos a mí no me da esa sensación. Las amplias avenidas y los abundantes árboles de sus calles evitan la sensación de opresión que transmiten otras ciudades. Por supuesto, esto cambia en las zonas que aún no han sido renovadas, pero la sensación general es que Seúl es una ciudad abierta. La limpieza también contribuye a esto, ya que en general las calles están bastante limpias.

Hay muchos edificios emblemáticos en Seúl, entre los que yo destacaría el Edificio 63, la Torre de Samsung en Jongno, y la sede central del servicio postal coreano.

Tarde en Seúl: La Torre N y el edificio de Samsung, desde el  barrio tradicional de Bukchon.

TRANSPORTE

El transporte público es uno de los puntos fuertes de Seúl. La red de metro, con una docena de líneas, permite desplazarse a cualquier punto de la ciudad de una forma rápida, cómoda y barata. El único problema se da en las líneas 1 y 2 en las horas punta, pero incluso entonces el metro es mejor opción que el tráfico rodado.

Los autobuses urbanos complementan el sistema de metro, y son una muy buena alternativa para trayectos habituales o distancias cortas. Los conductores de autobús se merecen un capítulo aparte, porque conducen de forma muy brusca. Esto, junto con el poco respeto que se tiene de las plazas reservadas para ancianos, son dos puntos a mejorar.

También hay muchos taxis, que son bastante usados. Ir en taxi en Seúl es muy barato en comparación con otras ciudades, y además los vehículos suelen ser nuevos. Como punto negativo, otra vez, está la forma de conducción de los taxistas, que dejan a Carlos Sainz al nivel de un aprendiz.

Anochecer en Seúl: Gwanak-gu.

ATRACCIONES TURÍSTICAS

Seúl es la ciudad más visitada de Corea, y no solo por ser la principal puerta de entrada al país, sino porque concentra un gran número de las principales atracciones de Corea. Los cinco palacios de la era Joseon (Gyeongbokgung, Changdeokgung, Changgyeonggung, Deoksugung y Gyeonghuigung) son las principales reliquias de la ciudad, pero no las únicas. La muralla de Seúl y sus puertas (principalmente Namdaemun y Dongdaemun) son otros iconos fácilmente reconocibles, al igual que ciertas zonas tradicionales como Bukchon o Namsangol, y algunos templos urbanos como Jogyesa o Bongeunsa. Y si lo que te interesa es la historia, no puedes dejar de visitar el Museo Nacional de Corea, que alberga las principales joyas de la historia coreana.

La montaña Namsan y la Torre N construida en su cima dominan la ciudad y son visibles desde muchos puntos lejanos. Otra de las estampas más famosas de Seúl es el arroyo Cheonggyecheon, que atraviesa el centro histórico desde la Plaza Gwanghwamun, pasando cerca del Pabellón Bosingak, Jongno, el Santuario Jongmyo, el Ayuntamiento y el mercado Dongdaemun.

Los barrios más famosos son Myeong-dong, central de las compras; Insa-dong, el barrio tradicional donde comprar souvenirs; Hongdae y Sinchon, las zonas universitarias llenas de jóvenes; Itaewon, el barrio internacional; y Gangnam, el centro del lujo y el consumismo.

Y no me puedo olvidar de la gastronomía, porque Seúl es una de esas ciudades en las que se pueden probar platos de cualquier país del mundo. Aparte de los típicos restaurantes chinos, japoneses, vietnamitas, tailandeses, mexicanos e italianos; en Seúl también nos podemos encontrar restaurantes españoles, alemanes, turcos, argentinos, peruanos, y un largo etcétera.

Noche en Seúl: Arroyo Cheonggyecheon con farolillos.

PUNTOS NEGATIVOS

Por supuesto, Seúl también tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, el sistema de recogida de residuos que permite que haya bolsas de basura en algunas calles. La escasez de papeleras es una incomodidad que se podría solucionar fácilmente. Moverse con un carrito de bebé es sencillo en las zonas modernas, pero casi imposible en las zonas antiguas (y no me quiero ni imaginar cómo debe ser para las personas en silla de ruedas). El clima tampoco es un punto muy favorable, ya que el invierno es muy frío (hasta 15 grados bajo cero) y el verano es muy caluroso y húmedo.

Y como principal punto negativo destacaría la sensación de agobio que se puede sentir a veces al vivir en esta ciudad, que muestra mejor cara al visitante que al residente. Me refiero a los coches que no respetan los semáforos ni señales, a las motos por la acera, a los empujones para entrar en el metro, a la prostitución disimulada pero evidente, al altísimo precio de la vivienda, a la enorme brecha entre ricos y pobres...

Madrugada en Seúl: Gangnam, el distrito financiero.

Pese a estos puntos negativos, Seúl es una ciudad que me encanta. Me gustó cuando la visité como turista y me sigue gustando ahora que llevo dos años viviendo aquí. La principal ventaja es que en Seúl hay de todo, y quien se aburre en esta ciudad es porque quiere. En mi opinión, las ventajas superan con creces los inconvenientes, y es por ello que de momento seguiré en esta ciudad.

* Más información sobre Seúl:
     Página web oficial en español.
     Seúl según la Wikipedia.

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