Un día en mi vida (Seúl, 2012)

Hace unos meses escribía un post sobre cómo era mi vida en Corea, estudiando y trabajando. Fueron unos meses un poco agotadores, pero por suerte todo terminó bien. Ahora que ya no voy a clases de coreano me he pasado al otro lado, y desde hace un par de meses he empezado a dar clases de español. El resultado es que el tiempo libre ha vuelto a reducirse...

6:00 Suena el despertador. Estas semanas la melodía es “Born sleepy” de Underworld, que no podría definir mejor ese momento. Como siempre, araño unos minutillos antes de levantarme...

6:20 Me pongo a estudiar coreano durante una hora y pico. Una vez comprobado que por la noche es imposible, he empezado a levantarme más temprano para tener la oportunidad de seguir progresando con el idioma. Además, como a esta ahora aún tengo los ojos entrecerrados por el sueño, me siento más coreano -.-

8:00 Entro en el metro de Seúl, que ya es como mi segunda casa. Tengo 40 minutos de viaje, así que desenfundo el marcianito y aprovecho para revisar la prensa y escribir alguna tontería en Twitter. Viajar en metro en hora punta es toda una experiencia. Es increíble que me siga gustando el metro de Seúl, teniendo en cuenta cómo cada viaje es una lucha sin cuartel por un poco de espacio y una bocanada de aire rancio.

8:50 Llego a la oficina. Por delante, ocho horas traduciendo y gestionando las redes sociales. Hay una pausa de una hora para comer (de 12:00 a 13:00). A veces salgo a algún restaurante cercano, pero normalmente subo al comedor de la empresa. La comida es peor pero es más rápido y, sobre todo, más barato.

18:00 Se acaba la jornada laboral en la oficina. Salgo hacia el metro. Aquí hay dos opciones, porque no doy clase en la academia todos los días.

18:20 Cerca de la academia hay un puesto callejero que vende unos waffles bastante decentes por 1.000 won (60 cts. de euro), y casi siempre cae uno. Cuando llego, preparo los materiales y planifico la clase (dentro de lo que cabe). Suelen sobrarme 15 minutos para charlar con algún compañero. 19:30 Empieza la clase. Dos horas hablando y, sobre todo, haciendo hablar a los alumnos. Suele ir bien y es incluso divertido, aunque a veces... es algo más... “espeso”... 22:30 Llegada a casa, tras otro viajecito en metro. Cena, ducha y a dormir.

19:00 Llego a casa y, antes de cenar, salgo a correr un rato. Después de más de un año sin hacer nada de ejercicio, me he propuesto salir a correr al menos un par de días a la semana. Es mi operación bikini particular ;) 21:00 Momento de cenar. Las cenas de mi mujer están cada vez más ricas. Sin ella, estoy condenado al ramyeon :P 22:00 Momento de bañar y dormir a Sonia. Es increíble la energía que puede tener un bebé de año y medio. Es un no parar constante, corriendo de un lado a otro.

23:00 Llegados a este punto pueden suceder dos cosas. Primera opción, que me duerma yo antes que el bebé, y ya hasta mañana. En este caso Sonia duerme en cama, y se entretiene dándonos patadas en la cara toda la noche. Segunda opción, logro mantenerme despierto y, tras colocar al bebé en su camita, aprovecho para hacer hacer algunas cosillas. Éste es el momento de recuperar el tiempo en internet, poner en orden mis cosas, revisar el email o improvisar algún post como éste...

Esto es más o menos un día de semana, pero aún hay más. Los sábados también doy clase, de 10:00 a 17:30. Es un día más relajado, pero 6 horas de clase oral pueden provocar un importante dolor de cabeza, así que el resto del día se reduce a descansar.

El domingo sí que es un día que intentamos aprovechar para pasear por Seúl y tener un poco de ocio. Pero no solo ocio, porque normalmente hay muchas cosas pendientes, tanto en el mundo real como en el virtual. La verdad, sigo deseando que los días sean ampliados a 26 horas. Paso demasiadas horas fuera de casa y esto, cuando se tiene familia, no es bueno.

El metro de Seúl es casi como mi segundo hogar.

Después de pasar el nivel 2 del TOPIK me gustaría preparar el examen intermedio, pero lo cierto es que es bastante más complicado. Y tengo muchas cosas pendientes de leer. Otras opciones de ocio están descartadas, salvo casos excepcionales. También me gustaría volver a tener un trabajo profesional. Y, la mayor sombra de todas, se nos echa encima el momento de decidir si regresar a España o continuar en Corea...

Pero que esto no suene como una queja, ni mucho menos. Las cosas marchan muy bien. Yo y Miyoung estamos contentos. Sonia progresa cada día. Y puedo decir que tengo un trabajo (o dos), lo cual ya es una suerte :)

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