La polémica en Corea por el TLC con Estados Unidos

Hace apenas un par de semanas que hablaba en la radio acerca de la política coreana, y decía que a veces se producían batallas campales en el parlamento entre gobierno y oposición, a raiz de alguna ley polémica. Citaba concretamente el acuerdo de libre comercio entre Corea y Estados Unidos (denominado KORUS FTA) como la más polémica de los últimos años. Pues bien, esta semana se ha ratificado el acuerdo, y sus señorías la han vuelto a liar.

Vamos a empezar haciendo un poco de historia. Las negociaciones sobre el tratado de libre comercio (en adelante TLC) comenzaron hace ya seis años cuando gobernaba el Partido Democrático (DP), ahora en la oposición. La base del acuerdo se redactó rápidamente, aunque ha sufrido modificaciones posteriores. Una de ellas, la que está provocando los enfrentamientos actuales, es la cláusula según la cual las empresas foráneas podrán acogerse a instancias internacionales para resolver sus disputas comerciales con la adminstración coreana, y que es vista por algunos como una merma de la autonomía de Corea para decidir sobre sus asuntos internos.

Una vez finalizada la redacción del acuerdo, debía ser ratificado por los parlamentos de ambos países. Estados Unidos lo hizo recientemente, sin mayores novedades. En Corea, sin embargo, fue mucho más complicado. El partido gobernante (Gran Partido Nacional, GNP) intentó alcanzar un acuerdo con el DP, el principal partido de la oposición. El DP, pese a ser los impulsores del acuerdo hace seis años, se negaron a cualquier acuerdo argumentando que el TLC resultaría muy dañino para la economía coreana, en especial para el sector agrícola. Recordemos en este punto que el TLC recoge la desaparición de aranceles sobre el 95% de los productos comerciados entre Corea y Estados Unidos, a lo largo de un proceso que durará cinco años. Se piensa que este acuerdo bilateral favorecerá las ventas de automóviles y tecnología de Corea en Estados Unidos, al tiempo que aumentará las importaciones de productos agrícolas americanos (carne y cereales) y facilitará la entrada de ciertos servicios que prestan las empresas de Estados Unidos. Quedan excluidos del acuerdo el arroz (un sector muy protegido por Corea) y los servicios financieros, sanitarios, educativos y de apuestas.

Policías esperando cerca del lugar de las protestas.

La situación se estancó en una calma tensa que se rompió la semana pasada, cuando el GNP anunció que usaría su mayoría parlamentaria (169 de 295 escaños) para ratificar el TLC, aún sin haber alcanzado un acuerdo con la oposición. La oposición se propuso evitarlo a toda costa, principalmente el DP y el Partido Democrático de los Trabajadores (LDP), que es similar al DP pero más radical tanto en el fondo como, sobre todo, en las formas. Así, bloquearon la entrada al parlamento formando una barricada, para impedir que los miembros del GNP pudiesen realizar la votación. Al mismo tiempo, hubo algunas reuniones buscando un acuerdo de última hora (la última de ellas el mismo martes por la mañana).

Tras varias intentonas, los miembros del GNP finalmente accedieron al parlamento este martes por la tarde, aprovechándose de la ausencia del DP. Cuando se disponían a realizar la votación, en medio de las protestas de la oposición, se produjo el incidente más sorprendente que yo haya visto en un parlamento (golpes de estado aparte). Kim Sun-dong, representante del LDP, activó una granada de gas lacrimógeno dentro del parlamento, como las que usa la policía. La cámara hubo de ser desalojada temporalmente, y el parlamentario fue arrastrado por las fuerzas de seguridad mientras gritaba “Dejadme, bastardos! No al TLC!” y "Gran Partido Nacional, ten miedo de la historia!".

Protestas disueltas con cañones de agua.

Una vez se hubo ventilado la sala, los parlamentarios regresaron a sus asientos y se realizó la votación que ratificó el TLC por 151 votos a favor y 7 en contra. La votación también se desarrolló entre los gritos de la oposición, unas protestas que rápidamente se trasladaron a la calle. Así, el mismo martes se convocaron protestas en Seúl, que tuvieron su punto álgido el miércoles con la concentración de unas 15.000 personas en la Plaza de Seúl, que fue disuelta cuando la policía usó cañones de agua (con una temperatura ambiente ligeramente por debajo de cero). Las protestas continuaron el jueves con una concentración de unas 2.500 personas frente a la Catedral de Myeongdong, que fue respondida por la policía cuando intentaron marchar hacia el centro de Seúl. Para mañana sábado está convocada una “velada” (촛불집회, una concentración nocturna portando velas encendidas) en la Plaza de Seúl, y se están intentando organizar más protestas en diciembre.

Concentración de protesta en la Plaza de Seúl.

Lo más sorprendente del caso es el giro dado por el DP, que parece decidido a usar la polémica para ganar apoyo de cara a las elecciones del próximo año. En el bando contrario, el GNP, presionado por Estados Unidos, quizá se haya precipitado al aprobar el texto sin haber encontrado fórmulas para evitar que el enfrentamiento llegase tan lejos. Entre ambos bandos, y con la ayuda del siempre beligerante LDP, la imagen que se da ante los ciudadanos, y de cara al exterior, es pésima. De todas formas, esta no es ni mucho menos la primera vez que se producen batallas campales y “melés” en el parlamento coreano (una simple busqueda en YouTube lo confirma).

Y en el centro de toda la polémica está Kim Sun-dong, el político que activó la granada de gas lacrimógeno. Su comportamiento podría acarrearle una pena de hasta 4 años y medio de prisión y unos 5.000 euros de multa por obstrucción a una actividad pública oficial (sin tener en cuenta que la posesión de ese tipo de granada está prohibida por ley). En este asunto el gobierno tiene una difícil papeleta, porque un incidente como éste no debería quedar impune, pero la denuncia del parlamentario sería muy perjudicial para la imagen del gobierno porque daría la sensación de ser una persecución política. Os dejo un vídeo para que veáis cómo fue el incidente.

A mí me causó cierta sorpresa ver tantos enfrentamientos por el TLC con Estados Unidos, cuando el TLC con Europa se aprobó y entró en vigor sin mayores problemas. Esto solo se explica teniendo en cuenta que en Corea, aparte de la división política entre una mitad norte comunista y una mitad sur capitalista, existe también una división social entre una mitad este conservadora y pro-americana y una mitad oeste progresista y antiamericana. Debido a esta fractura, hay una parte del país (fundamentalmente las provincias de Jeollabuk-do y Jeollanam-do) que se opone a todo lo que tenga que ver con Estados Unidos, a pesar de los evidentes progresos realizados por Corea bajo la tutela y protección del imperio americano.

Como veis, este es un tema muy polémico y delicado, en el que se mezclan intereses económicos y políticos, y cuyas raices tocan una fractura social que aún tardará bastante tiempo en solucionarse. Si has leido hasta aquí es porque te interesa el tema, entonces ¿qué tal si dejas un comentario con tu opinión?


* Noticia sobre la granada de gas lacrimógeno en el parlamento en estas noticias del The Guardian y del Korea Herald.
* Información sobre las protestas en esta noticia del Korea Herald.
* Notas acerca del TLC en el Chosun Ilbo.

COMPARTIR ES BUENO

Tweet

Si te ha gustado este post,
puedes ayudarme a mejorar
con un pequeño gesto :)
→ CLICK AQUÍ ←